LD (Agencias) La bulliciosa y comercial ciudad de Davao aún no se había recuperado del atentado que este miércoles asesinó a 16 personas y causó heridas a medio centenar de personas, otro movilizó a los servicios de seguridad. El incidente ocurrió a las dos de la madrugada, hora local, cuando varios hombres armados lanzaron granadas y dispararon contra tres mezquitas de la ciudad, situada mil kilómetros al sur de Manila, informó el director de la Policía Regional, Isidro La Peña. Aunque la Policía no ha culpado a ninguno de los grupos terroristas que operan en Mindanao, las autoridades civiles han apuntado al Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) como el posible autor de estos atentados.
El atentado se producía horas antes de la llegada a Davao de la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, para visitar a los familiares de las víctimas de la explosión de la noche de este jueves, entre ellas dos menores. Además se trata del tercer atentado ocurrido en un mes en la isla de Mindanao, ya que el 4 de marzo una bomba acabó con la vida de 21 personas y causó heridas a otras 150 en su aeropuerto internacional. La explosión llevó a la mandataria a declarar la zona en “estado de violencia”, una calificación que utiliza el Gobierno filipino para designar el máximo nivel de alerta. En consecuencia, se desplegarán más tropas y aumentarán las patrullas, además de establecer puestos de control.
El segundo edil de Davao, Luis Bonguyan, declaró que “la situación está bajo control. Desde que ocurrió el primer atentado a principios de marzo, la situación ha vuelto a la normalidad y la gente sigue con sus actividades diarias”. Sin embargo, el funcionario, quien se mostró convencido de que las explosiones de este jueves no pretendían causar víctimas, reconoció que los agentes de seguridad están en alerta y que el alcalde, Rodrigo Duterte, ha recomendado la declaración de la ley marcial en la zona para controlar el movimiento de la gente.
El atentado se producía horas antes de la llegada a Davao de la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, para visitar a los familiares de las víctimas de la explosión de la noche de este jueves, entre ellas dos menores. Además se trata del tercer atentado ocurrido en un mes en la isla de Mindanao, ya que el 4 de marzo una bomba acabó con la vida de 21 personas y causó heridas a otras 150 en su aeropuerto internacional. La explosión llevó a la mandataria a declarar la zona en “estado de violencia”, una calificación que utiliza el Gobierno filipino para designar el máximo nivel de alerta. En consecuencia, se desplegarán más tropas y aumentarán las patrullas, además de establecer puestos de control.
El segundo edil de Davao, Luis Bonguyan, declaró que “la situación está bajo control. Desde que ocurrió el primer atentado a principios de marzo, la situación ha vuelto a la normalidad y la gente sigue con sus actividades diarias”. Sin embargo, el funcionario, quien se mostró convencido de que las explosiones de este jueves no pretendían causar víctimas, reconoció que los agentes de seguridad están en alerta y que el alcalde, Rodrigo Duterte, ha recomendado la declaración de la ley marcial en la zona para controlar el movimiento de la gente.