(Libertad Digital) Los empresarios de la Zona Libre de Colón (ZLC), ciudad panameña donde se encuentra el mayor centro de distribución de mercancía para Latinoamérica y el Caribe, están preocupados por las artimañas diplomáticas del dictador Fidel Castro. Y no es para menos ya que La Habana puede aprovechar “la crisis de los indultos” para no pagar una deuda que asciende a 200 millones de dólares.
Uno de los empresarios que anda muy preocupado es Hertsel Levy, el presidente de la Asociación de Usuarios (AU) de la ZLC. La razón es muy simple: Cuba es uno de los diez compradores y principal cliente de la Zona Libre de Colón registrando unos 12.000 millones de dólares en transacciones anuales. Levy ha declarado que el problema que se les avecina es grave. ¿Por qué? Porque la ZLC le vende al Estado cubano y, según el derecho internacional público, el Estado de Cuba es quien decide “si va a seguir comprando o seguir honrando su deuda”, según declaraciones de Hertsel Levy a la agencia EFE.
El presidente de la AU de la Zona Libre de Colón ha dicho que una ruptura diplomática con Panamá, permitiría al dictador cubano Fidel Castro “atrasar más los cobros”. Y teniendo en cuenta que Cuba vive desde 1993 la mayor crisis económica de su historia, finalizado ya el apoyo económico de la dictadura soviética por el derrumbe del modelo económico comunista, Castro puede matar dos pájaros de un tiro. Puede retrasar el pago de 200 millones de dólares, que para la economía cubana supone aproximadamente un 1,5 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), y desviar la atención de la mayoría de la población cubana, derrotada por la miseria y la desesperanza, que ante el “enemigo común” olvidaría los muchos problemas internos y respaldaría a su “líder revolucionario”. El PIB de Cuba ascendía en el año 2001 a 17.300 millones de dólares.
El presidente de la asociación de usuarios de ZLC, Hertsel Levy, ha explicado muy bien la cuestión comercial entre Panamá y Cuba. El problema con la deuda cubana es que las empresas deudoras son estatales, mayoritaria o totalmente, y como los empresarios de la ZLC venden al Estado cubano, es éste quien decide si paga o no paga la deuda. Y si le brindan la oportunidad de poner una excusa para no pagar, mejor que mejor. La mejor excusa ya la tiene Castro. Panamá ha indultado a cuatro anticastristas que querían matarle. ¿Solución? Debido a la “agresión” que Panamá ha cometido con la soberanía de Cuba en “la crisis de los indultos”, el Estado soberano de Cuba se niega a pagar. Y pagará cuando le venga en gana y pueda sacar réditos políticos. Réditos que puede ganar si el próximo presidente de Panamá, Martín Torrijos, que sucederá a Mireya Moscoso el 1 de septiembre, no mantiene una posición de firmeza como la mantenida por la presidente saliente. De hecho, el presidente electo Torrijos ya ha afirmado que espera tener, durante su Gobierno, “una relación armónica y estrecha con Cuba".