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Castro libera a un periodista cubano después de seis años de torturas físicas y psicológicas

El periodista cubano Bernardo Arévalo Padrón, quien fue liberado la pasada semana tras cumplir una condena de seis años por "desacato" al dictador Fidel Castro, denunció haber sufrido tortura física y sicológica en prisión.

L D (EFE) Las denuncias fueron hechas en una entrevista telefónica con un investigador de la organización Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que tiene su sede en Nueva York. Según informó el Comité en un comunicado, el periodista, que se ha reunido con su familia en la provincia de Cienfuegos, en el centro de la isla, dijo haber sido golpeado en la cara y la espalda por dos oficiales de prisiones en abril de 1998 tras haberse negado a cantar lemas en favor del gobierno.
 
Sin recibir atención médica inmediata, fue internado en una celda pequeña en la que permaneció un año y dos meses, contó el periodista, que sufrió una fractura en la nariz que ha limitado su capacidad para respirar. Arévalo, quien fue director de la antigua agencia "Línea Sur Press", comenzó la pena el 18 de noviembre de 1997, en la prisión de máxima seguridad de Ariza. En enero de 2000 fue trasladado al Campo de trabajo número 20, donde permaneció cuatro meses, y en abril del mismo año fue enviado al campo de San Marcos.
 
El CPJ describe ese campo abarrotado de gente e insano, donde el periodista trabajó en campos de caña y fue amenazado con ser enviado a una cárcel de máxima seguridad si no cumplía con la cuota de producción impuesta. La labor extenuante en el campo le causó dolores de espalda y problemas coronarios, pero no pudo ver a un médico hasta septiembre de 2000, cuando le declararon incapaz para trabajar por su estado de salud y el doctor dijo que necesitaba un aparato ortopédico. Un mes después, le informaron de que se había aprobado su libertad condicional, pero continuó en prisión "en violación de la ley cubana", señala la nota.
 
En enero de 2001, fue llevado a otro campo de trabajo, llamado El Diamante, donde los oficiales continuaron "acosándole", señala el CPJ. Tras un nuevo traslado en junio a un campo próximo a la prisión Ariza, le colocaron en un espacio para presos enfermos crónicos donde estuvo exento de trabajo físico, pero carecía de cuidados médicos, condiciones sanitarias y comida adecuados. En julio de 2002, regresó a la prisión de máxima de seguridad de Ariza, donde las visitas conyugales eran menos frecuentes y las condiciones más duras, y donde contrajo una grave infección bacterial que curó con antibióticos suministrados por su mujer.
 
Según dijo al investigador, las autoridades deberían haberle trasladado al hospital provincial de Cienfuegos y aislarle, pero no lo hicieron. Arévalo aseguró al CPJ que continuará su trabajo como periodista independiente y contó que el 10 de octubre pasado, cuando aún estaba en prisión, había decidido fundar con otro disidente encarcelado, Jorge Luis García Pérez, una agencia de prensa llamada José Maceo, en honor al héroe de la guerra de independencia contra España. El Comité recuerda que en marzo de este año, 28 periodistas independientes cubanos fueron detenidos en una redada efectuada por las autoridades cubanas y encarcelados.

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