LD (EFE) Cerca del cuarenta por ciento de los miembros de las fuerzas de seguridad han dejado sus puestos al negarse a combatir para sofocar la revuelta chií en varias ciudades iraquíes, según ha aceptado el general Martin Dempsey, jefe de la I División Acorazada.
En unas declaraciones por vía satélite a directivos de prensa reunidos en la Asociación Nacional de Periódicos, el jefe militar estadounidense dijo que un diez por ciento, aproximadamente, de policías o soldados iraquíes trabajaban en realidad contra EEUU y los demás miembros de la coalición. A pesar de ello, insistió en que en torno a la mitad de las fuerzas creadas durante el último año "se mantuvieron firmes".
Dempsey, cuya división permanecerá en Irak tres meses más del período de un año previsto inicialmente, confesó que era muy difícil convencer a los policías y soldados iraquíes a "tomar las armas contra sus compatriotas". El general también admitió hacer frente a serias dificultades para convencer a los miembros de las recién creadas fuerzas de seguridad de que hay iraquíes que están asesinando a sus paisanos, aunque aseguró que el apoyo popular a la coalición que dirige Washington es "muy firme".