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Casi la mitad de las fuerzas de seguridad iraquíes se niega a combatir para sofocar la revuelta chií

El general Martin Dempsey, jefe de la I División Acorazada del Ejército de EEUU, reconoció que cerca de la mitad de las fuerzas de seguridad iraquíes se han negado a combatir junto a las tropas estadounidenses y sus aliados para sofocar la revuelta chií que encabeza el radical Muqtada al-Sadr.

LD (EFE) Cerca del cuarenta por ciento de los miembros de las fuerzas de seguridad han dejado sus puestos al negarse a combatir para sofocar la revuelta chií en varias ciudades iraquíes, según ha aceptado el general Martin Dempsey, jefe de la I División Acorazada.
 
En unas declaraciones por vía satélite a directivos de prensa reunidos en la Asociación Nacional de Periódicos, el jefe militar estadounidense dijo que un diez por ciento, aproximadamente, de policías o soldados iraquíes trabajaban en realidad contra EEUU y los demás miembros de la coalición. A pesar de ello, insistió en que en torno a la mitad de las fuerzas creadas durante el último año "se mantuvieron firmes".
 
Dempsey, cuya división permanecerá en Irak tres meses más del período de un año previsto inicialmente, confesó que era muy difícil convencer a los policías y soldados iraquíes a "tomar las armas contra sus compatriotas". El general también admitió hacer frente a serias dificultades para convencer a los miembros de las recién creadas fuerzas de seguridad de que hay iraquíes que están asesinando a sus paisanos, aunque aseguró que el apoyo popular a la coalición que dirige Washington es "muy firme".
 
La ola de violencia de este mes incluye el aumento de los incidentes en el llamado "triángulo suní", especialmente en la ciudad de Faluya, y la revuelta de muchos chiíes en el sur del país. Como resultado, al menos 111 soldados de EEUU han muerto en combate en lo que va de abril, el peor mes para las fuerzas del Pentágono desde el inicio de la guerra en Irak, en marzo de 2003.

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