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Calderón, la candidatura presidencial a pesar de Fox

En el año 2004, Felipe Calderón Hinojosa tuvo que renunciar al cargo de secretario de Energía del Gobierno de México cuando públicamente expresó sus deseos de "ir a la grande" durante la jornada del dos de julio próximo. Esas declaraciones le valieron un enfrentamiento directo con el presidente Vicente Fox y la cúpula de su partido, el PAN. Pero, el ahora aspirante logró rentabilizar la disputa entre los miembros de su partido y finalmente imponerse en las ríspidas elecciones internas. Calderón se ha declarado convencido de que abrir a la iniciativa privada sectores tan estratégicos como el energético.

(Libertad Digital) De 43 años, Felipe Calderón Hinojosa se declara un "panista de toda la vida". Su carrera política la inicio en el Partido Acción Nacional desde muy joven. Su padre, Luis Calderón fue uno de los fundadores del PAN. Su esposa, Margarita Zavala, es actualmente diputada por esa formación política.
 
Desde su juventud ocupó varios puestos en la estructura partidista hasta que llegó a ser secretario general del PAN. En ese cargo, Calderón se distinguió por una participación activa en las negociaciones por la reforma política y logró triunfos para su partido en los estados de Nuevo León, Querétaro y Aguascalientes. Pese a ello encontró resistencia en sectores del PAN para que se convirtiera en candidato presidencial, lo que le empujó a renunciar en 2004 al cargo de ministro de Energía después de un roce con el presidente Vicente Fox por haber expresado públicamente sus deseos de ir "a la grande" en las elecciones del dos de julio.
 
Calderón finalmente se impuso en las urnas y fue electo internamente candidato por el PAN. No obstante, entre los analistas persiste la idea de que inicialmente no recibió todo el apoyo de la cúpula. En contra, la oposición ha venido denunciando que el Gobierno está operando una "elección de Estado", en relación a las que realizaba el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país de 1929 a 2000, cuando ponía en marcha toda la maquinaria para garantizar el triunfo de su candidato.
 
Felipe Calderón, que estudió leyes en la Escuela Libre de Derecho, maestría en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y maestría en Administración Pública por la Universidad de Harvard, inició su campaña electoral con un paso tan lento que fue ubicado en las encuestas en segundo lugar, pero a diez puntos del puntero Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda, quien se veía cerca de la silla presidencial.
 
Pero, una estrategia aunada a errores de López Obrador, además de una feroz e intensa campaña mediática del PAN contra el izquierdista, catapultaron al panista, en mayo pasado, al primer sitio de los sondeos. Tras el debate televisivo del seis de junio, Calderón volvió a un segundo lugar. La causa, una acusación de tráfico de influencias en favor de la empresa de un cuñado quien habría obtenido numerosos contratos de entidades públicos durante el gobierno de Fox.
 
Calderón ha dicho que él tiene "las manos limpias", pero sus detractores le acusan de haber avalado, en calidad de presidente del PAN, la aprobación por parte del Congreso de la conversión a deuda pública de los 120.000 millones de dólares del rescate que hizo el gobierno de los bancos privados en la crisis económica de 1994. Sus críticos también lo ubican como representante de la "ultraderecha" que busca diluir el Estado laico y adelgazarlo para permitir mayor participación privada en sectores estratégicos del país, como el energético.
 
El panista se ha declarado opositor a los matrimonios entre personas del mismo sexo, el aborto, la muerte asistida, y está de acuerdo con la cadena perpetua especialmente para los secuestradores. Por otra parte, promete orden en las finanzas públicas y principalmente impulsar la creación de puestos de trabajo, al punto que se ha hecho llamar "Presidente del empleo".

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