L D (EFE)La declaración conjunta emitida tras la reunión insiste en la importancia que tiene el Tratado de No Proliferación (TNP) para que esta iniciativa cumpla sus objetivos."La vigilancia de las armas y las instalaciones nucleares son estrictamente prerrogativa de los países parte del TNP", dice la declaración, que pide a los países no firmantes de dicho pacto que protejan sus armas contra la amenaza terrorista, "tal y como hacen Estados Unidos y Rusia". "Tenemos que controlar, asegurar y proteger físicamente el material nuclear y el resto de sustancias radiactivas, así como las instalaciones nucleares, detectar y suprimir el tráfico u otras actividades ilícitas que impliquen a este tipo de materiales", resalta el documento.
Además de esta iniciativa, la declaración de los dos países insiste en que la cooperación civil en energía nuclear es de interés estratégico de las dos partes. Los dos países quieren además que todas las naciones que necesiten energía nuclear para su desarrollo "puedan beneficiarse de ella sin tener que acceder al uranio enriquecido o al reprocesamiento de combustible usado". "Pedimos a otros países que se unan a nosotros en facilitar una expansión segura de la energía nuclear por todo el mundo", dice la declaración conjunta, dentro de la observación del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA).
En la rueda de prensa posterior al encuentro, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su colega ruso, Vladimir Putin, pusieron como ejemplo la iniciativa rusa hacia Irán de facilitarle el enriquecimiento de uranio y el reciclado de combustible como ejemplo de colaboración nuclear amparado por esta iniciativa. "Buscamos maneras no sólo de controlar determinados procesos, sino también de dar a los países su derecho legal al uso de la energía nuclear", dijo en la rueda de prensa el presidente ruso, Vladimir Putin.
Además de esta iniciativa, la declaración de los dos países insiste en que la cooperación civil en energía nuclear es de interés estratégico de las dos partes. Los dos países quieren además que todas las naciones que necesiten energía nuclear para su desarrollo "puedan beneficiarse de ella sin tener que acceder al uranio enriquecido o al reprocesamiento de combustible usado". "Pedimos a otros países que se unan a nosotros en facilitar una expansión segura de la energía nuclear por todo el mundo", dice la declaración conjunta, dentro de la observación del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA).
En la rueda de prensa posterior al encuentro, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su colega ruso, Vladimir Putin, pusieron como ejemplo la iniciativa rusa hacia Irán de facilitarle el enriquecimiento de uranio y el reciclado de combustible como ejemplo de colaboración nuclear amparado por esta iniciativa. "Buscamos maneras no sólo de controlar determinados procesos, sino también de dar a los países su derecho legal al uso de la energía nuclear", dijo en la rueda de prensa el presidente ruso, Vladimir Putin.
La cumbre del G8 comienza este sábado con una cena de líderes tras la reunión entre Putin y George W. Bush. La gran cita anual de los jefes de Estado y Gobierno de los países más industrializados, que este año se celebra por primera vez en Rusia, estuvo precedida por el encuentro bilateral entre Bush y Putin, centrado en Oriente Medio, no proliferación, energía nuclear y comercio. A pesar de que no pudieron alcanzar un acuerdo bilateral para facilitar el ingreso ruso en la OMC y las diferencias sobre derechos humanos, los dos presidentes intentaron ofrecer una imagen positiva para un buen desarrollo de la cumbre. "Nuestros acuerdos y propuestas conjuntas (sobre la cuestión nuclear) constituyen una buena base para el G8", destacó Putin, el anfitrión de la cumbre, durante la conferencia de prensa conjunta con Bush.
La conversación entre ambos presidentes estuvo protagonizada también por el agravamiento de la violencia en Oriente Medio, una cuestión que va a acaparar buena parte del protagonismo de la cumbre. Bush culpó del empeoramiento de la situación a los terroristas de Hezbolá por atacar con cohetes el territorio israelí y secuestrar soldados israelíes. "Lanzo un llamamiento a Siria para que ejerza su influencia" e impida que Hezbolá continúe sus ataques contra Israel, afirmó el presidente estadounidense.
Putin, por su parte, fue más crítico con Israel, y aunque dijo que "se puede entender" su problema de seguridad, recalcó que "el empleo de la fuerza debe ser equilibrado, y el derramamiento de sangre debe cesar cuanto antes". "La escalada de la violencia no conducirá a nada, y espero que nuestros colegas del G8 nos apoyen", recalcó el presidente ruso. Además, los dos presidentes insistieron en su preocupación por los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, aunque Putin evitó manifestarse sobre la posibilidad de imponer sanciones a Teherán si no pone fin a su programa de enriquecimiento de uranio.
Los líderes de Japón, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y la Unión Europea (que asiste como observadora) comenzaron a llegar de forma progresiva durante la tarde para una cumbre que concluirá poco después del mediodía del lunes. La seguridad del suministro energético, el terrorismo, la "ayuda al desarrollo" –especialmente a África– y la situación de las negociaciones de la Ronda de Doha de liberalización del comercio internacional serán otros asuntos centrales de esta cita. En la jornada del lunes, se unirán a las discusiones los líderes de México, Brasil, China, India y Suráfrica, cinco de los miembros más importantes del Grupo de los 20 países en desarrollo.
La conversación entre ambos presidentes estuvo protagonizada también por el agravamiento de la violencia en Oriente Medio, una cuestión que va a acaparar buena parte del protagonismo de la cumbre. Bush culpó del empeoramiento de la situación a los terroristas de Hezbolá por atacar con cohetes el territorio israelí y secuestrar soldados israelíes. "Lanzo un llamamiento a Siria para que ejerza su influencia" e impida que Hezbolá continúe sus ataques contra Israel, afirmó el presidente estadounidense.
Putin, por su parte, fue más crítico con Israel, y aunque dijo que "se puede entender" su problema de seguridad, recalcó que "el empleo de la fuerza debe ser equilibrado, y el derramamiento de sangre debe cesar cuanto antes". "La escalada de la violencia no conducirá a nada, y espero que nuestros colegas del G8 nos apoyen", recalcó el presidente ruso. Además, los dos presidentes insistieron en su preocupación por los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, aunque Putin evitó manifestarse sobre la posibilidad de imponer sanciones a Teherán si no pone fin a su programa de enriquecimiento de uranio.
Los líderes de Japón, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y la Unión Europea (que asiste como observadora) comenzaron a llegar de forma progresiva durante la tarde para una cumbre que concluirá poco después del mediodía del lunes. La seguridad del suministro energético, el terrorismo, la "ayuda al desarrollo" –especialmente a África– y la situación de las negociaciones de la Ronda de Doha de liberalización del comercio internacional serán otros asuntos centrales de esta cita. En la jornada del lunes, se unirán a las discusiones los líderes de México, Brasil, China, India y Suráfrica, cinco de los miembros más importantes del Grupo de los 20 países en desarrollo.