L D (Agencias) En su dicurso ante la 58 Asamblea General de la ONU, George W. Bush subrayó que Sadam Husein había desafiado a la comunidad internacional y que, gracias a la coalición aliada que invadió Irak, ese país es "libre". Actualmente, "la libertad está mejorando la calidad de vida" de los ciudadanos iraquíes y "los pueblos de todo Oriente Medio están ahora más seguros, porque un agresor inestable ha sido expulsado del poder". Según el presidente estadounidense, "en el mundo entero, las naciones son más seguras porque un aliado del terrorismo ha caído".
Bush también aludió a los "desacuerdos" en la comunidad internacional sobre la necesidad de usar la fuerza en Irak, pero argumentó que "hubo y sigue habiendo" una "unidad de principios en la ONU" y que ahora lo importante es defender "nuestra seguridad colectiva" y los "valores compartidos en defensa de los derechos humanos". En este sentido, Bush reconoció que en el futuro de Irak aún habrá "pruebas difíciles y desafíos por delante", pero recordó que los "compromisos permanentes" que unen a los países miembros de la ONU "nos invitan a hacer frente a una gran tarea en el mundo, una tarea que debemos afrontar juntos. Por lo tanto, miremos hacia delante", dijo.
En ese futuro próximo al que aludió, George W. Bush mencionó las negociaciones para acordar una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la reconstrucción de Irak y manifestó que el objetivo de EEUU y de los países "amigos y aliados" que están trabajando en dicha resolución es "expandir el papel de la ONU en Irak". El presidente de EEUU concretó el papel que debe corresponderle a la ONU en esa resolución: "Como en la posguerra de otros conflictos –dijo–, Naciones Unidas debería contribuir en el desarrollo de una nueva Constitución, la formación de funcionarios civiles y la celebración de elecciones libres y justas".
Bush añadió que "la meta principal de nuestra coalición en Irak es el autogobierno para el pueblo iraquí de manera ordenada y por medios democráticos. Este proceso se debe desarrollar según las necesidades de los iraquíes, sin prisas ni retrasos según los deseos de otros". El presidente de EEUU no estableció una agenda concreta para dar esos pasos y pidió a la comunidad internacional que apoye al consejo de Gobierno iraquí, auspiciado por Estados Unidos, como "la verdadera institución representativa que hay en ese país". "Ayudando a los iraquíes a hacer un país libre y seguro, nos estaremos ayudando a nosotros", enfatizó.
Según el presidente de EEUU, Irak será un país libre y se convertirá en un "ejemplo" para el resto de la región. "Un Oriente Medio transformado –dijo– beneficiará a todo el mundo, socavando las ideologías que pretenden trasladar la violencia a otras tierras".
Bush también aludió a los "desacuerdos" en la comunidad internacional sobre la necesidad de usar la fuerza en Irak, pero argumentó que "hubo y sigue habiendo" una "unidad de principios en la ONU" y que ahora lo importante es defender "nuestra seguridad colectiva" y los "valores compartidos en defensa de los derechos humanos". En este sentido, Bush reconoció que en el futuro de Irak aún habrá "pruebas difíciles y desafíos por delante", pero recordó que los "compromisos permanentes" que unen a los países miembros de la ONU "nos invitan a hacer frente a una gran tarea en el mundo, una tarea que debemos afrontar juntos. Por lo tanto, miremos hacia delante", dijo.
En ese futuro próximo al que aludió, George W. Bush mencionó las negociaciones para acordar una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la reconstrucción de Irak y manifestó que el objetivo de EEUU y de los países "amigos y aliados" que están trabajando en dicha resolución es "expandir el papel de la ONU en Irak". El presidente de EEUU concretó el papel que debe corresponderle a la ONU en esa resolución: "Como en la posguerra de otros conflictos –dijo–, Naciones Unidas debería contribuir en el desarrollo de una nueva Constitución, la formación de funcionarios civiles y la celebración de elecciones libres y justas".
Bush añadió que "la meta principal de nuestra coalición en Irak es el autogobierno para el pueblo iraquí de manera ordenada y por medios democráticos. Este proceso se debe desarrollar según las necesidades de los iraquíes, sin prisas ni retrasos según los deseos de otros". El presidente de EEUU no estableció una agenda concreta para dar esos pasos y pidió a la comunidad internacional que apoye al consejo de Gobierno iraquí, auspiciado por Estados Unidos, como "la verdadera institución representativa que hay en ese país". "Ayudando a los iraquíes a hacer un país libre y seguro, nos estaremos ayudando a nosotros", enfatizó.
Según el presidente de EEUU, Irak será un país libre y se convertirá en un "ejemplo" para el resto de la región. "Un Oriente Medio transformado –dijo– beneficiará a todo el mundo, socavando las ideologías que pretenden trasladar la violencia a otras tierras".