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Bush renueva su compromiso con una Nueva Orleans aún marcada por la catástrofe

Cuando se cumple el segundo aniversario de la catástrofe provocada por el huracán Katrina, el presidente de EEUU, George W. Bush, prometió seguir pendiente y comprometido con la reconstrucción de la ciudad de Nueva Orleáns, así como con el resto de localidades del Golfo de México. "Todavía le prestamos atención" y "todavía estamos comprometidos" exclamó el presidente en un centro educativo, donde participó en un minuto de silencio en homenaje a las más de 1.800 víctimas del huracán.

L D (EFE) Casi en paralelo pero en otro punto de la ciudad, el alcalde Ray Nagin, un afroamericano demócrata que ya dejó claro en el 2005 su impetuoso temperamento, protagonizaba otro homenaje en recuerdo del momento en el que se rompieron los diques de contención que protegían la ciudad, dejando vía libre al Katrina, el huracán más devastador de la historia de EEUU.
 
Todos los congregados portaban pequeñas campanas que hicieron sonar al unísono durante más de un minuto."Hacemos sonar las campanas por una ciudad que se recupera, que lucha y hace milagros a diario", dijo el alcalde.
 
El hecho de que el presidente y las autoridades locales hayan decidido ir cada uno por su lado en este aniversario pone de manifiesto el distanciamiento entre ambas administraciones en la gestión de la catástrofe.
 
Bush sigue siendo objetivo de críticas por lo que muchos definen como falta de interés en la zona y trato injusto, en ayuda federal, del estado demócrata de Luisiana, frente al republicano de Misisipi. Consciente de todas estas reticencias, el presidente recordó que su gobierno contribuyó a la recuperación de la región del Golfo de México con más de 85.000 millones de euros, de los que unos 71.000 millones o un 84% del total, ya han sido desembolsados o están a disposición de los respectivos gobiernos locales.
 
Son sólo algunas de las cifras que Bush anunció, en uno de los numerosos actos previstos en su agenda de este miércoles para conmemorar una tragedia que no sólo destrozó por completo Nueva Orleans y otras ciudades de Misisipi y Alabama, sino que también provocó un éxodo de más de 1 millón de personas.
 
A este balance demoledor habría que añadir la destrucción total o parcial de unas 200.000 viviendas y más de 74.000 millones de euros en daños materiales. Acompañado en todo momento por su esposa, Laura, el presidente advirtió que la reconstrucción de Nueva Orleans no será total "hasta que haya confianza en los diques" de contención que el 29 de agosto de 2005 se rompieron, dejando que el agua anegase por completo la ciudad.
 
Por ello ha anunciado su intención de pedir al Congreso 3.700 millones de euros de los 5.600 que se consideran necesarios para reforzar el sistema de drenaje y los diques, de forma que puedan hacer frente a un huracán de la categoría e intensidad de Katrina.
 
Hoy por hoy, los diques de Nueva Orleans no están aún preparados para soportar un ciclón similar, algo que los expertos prevén conseguir para el año 2015.
 
Tampoco se ve la recuperación en las calles de la ciudad, salvo en las zonas más turísticas, ya que algunos barrios continúan deteriorados, miles de viviendas siguen rodeadas de escombros, algunas escuelas permanecen cerradas y los hospitales no operan al cien por cien de su capacidad.
 
Pese a que el panorama es desolador, Bush lanzó un mensaje de optimismo: Nueva Orleans no es la misma que hace dos años, "está mejor hoy que ayer, y estará mejor mañana que hoy". El presidente se trasladará también a la ciudad de Bahía de San Luis, donde pondrá fin a la que será su decimoquinta visita al Golfo de México desde el paso de Katrina, y la segunda desde agosto del año pasado, cuando se cumplió el primer aniversario de la tragedia.

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