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Bush promete a Calderón agilizar "todo lo que pueda" su reforma de inmigración y éste le pide inversiones

México es el último destino de la gira de George Bush que le llevó a países del sur y centro de América. En la primera reunión entre el presidente estadounidense y su homólogo mexicano, la inmigración ha resultado ser el tema estrella. El dirigente republicano se ha comprometido a agilizar “todo lo que pueda” su reforma de inmigración que incluye la regularización de los extranjeros integrados en el tejido social. Calderón, por su parte, ha emplazado a la potencia del norte a aumentar sus inversiones en el país y frenar, así, la fuga de capital humano. Ha hecho una alusión al muro fronterizo, aunque se ha mostrado comprensivo con las medidas de seguridad que adopta cada país.

México es el último destino de la gira de George Bush que le llevó a países del sur y centro de América. En la primera reunión entre el presidente estadounidense y su homólogo mexicano, la inmigración ha resultado ser el tema estrella. El dirigente republicano se ha comprometido a agilizar “todo lo que pueda” su reforma de inmigración que incluye la regularización de los extranjeros integrados en el tejido social. Calderón, por su parte, ha emplazado a la potencia del norte a aumentar sus inversiones en el país y frenar, así, la fuga de capital humano. Ha hecho una alusión al muro fronterizo, aunque se ha mostrado comprensivo con las medidas de seguridad que adopta cada país.
L D (EFE) El Temozón una antigua hacienda rehabilitada situada a unos treinta kilómetros de Mérida, fue el espacio en el que se celebró la primera reunión bilateral entre el presidente de EEUU y México dentro de su visita oficial al país. En el encuentro se  repasaron, entre otros asuntos, la reforma migratoria pendiente en EEUU, la lucha contra el narcotráfico y las relaciones comerciales entre ambos países.
 
La inmigración fue la cuestión que más tiempo acaparó en sendos parlamentos. Bush, por su parte, se comprometió ha hacer "todo lo que pueda" para lograr una reforma migratoria exhaustiva en el Congreso de EEUU. Dejó claro que EEUU aplicará la ley contra los cuadros de la inmigración ilegal, pero también reseñó que recordará a la opinión pública de su país que "los valores familiares no acaban en la frontera".
 
El dirigente republicano apoya una reforma migratoria que incluye un programa de trabajadores temporales y que previsiblemente permitirá la regularización de buena parte de los doce millones de inmigrantes ilegales -la mayoría de ellos mexicanos- que se calcula que viven en EEUU.
 
Respecto a la migración, el presidente mexicano emplazó a su homólogo a "resolver el problema juntos, porque aunque las dos economías se complementan, aún no son iguales". En consecuencia, "la migración no se puede detener, y desde luego no por decreto", apuntó el gobernante, quien indicó que "preferiríamos recibir en México la inversión de la fuerza de trabajo” latinoamericana en EEUU, en lugar de que los trabajadores se desplacen a donde está el capital.
 
Hizo, también, una alusión al muro que construye EEUU en su frontera con México, Calderón afirmó que "puede ayudar más un kilómetro de carretera en Michoacán o Zacatecas que un kilómetro de muro en Texas o en Arizona" para detener la emigración. Aun así, puntualizó, "respetamos el derecho de los estadounidenses y de su Gobierno para decidir dentro de su territorio lo que más les conviene para su seguridad".
 
El combate contra el narcotráfico y las relaciones comerciales fueron otros puntos tradas en sus intervenciones. En los últimos años, el mandatario republicano ha venido alabando las iniciativas del Gobierno mexicano en este campo, que han motivado, entre otras cosas, la reciente extradición a EEUU de una quincena de destacados narcotraficantes.
 
Calderón, también, pidió a su colega estadounidense una mayor atención a la política hacia México. Echó mano de las promesas de Bus en 2001, cuando prometió dedicar su agenda exterior a Latinoamérica. Fue, eso sí, antes de los terribles atentados de las Torres Gemelas que provocaron un viraje de su política internacional hacia Oriente Medio.
 
Aunque el presidente mexicano se mostró comprensivo por ese cambio de prioridades, consideró que "ha llegado el momento de recuperar el espíritu de aquellas palabras y dirigir nuestra relación hacia un camino de mutua prosperidad". Fue Bush quien subrayó que "la mejor manera de permitir que la gente supere la pobreza es ampliar el comercio". En su opinión es un medio para progresar “en la paz y la prosperidad para todos".
 
La reunión entre los dos mandatarios continuará con un almuerzo al que también asistirán sus esposas, Laura Bush y Margarita Zavala. Luego, se prevé que ambos matrimonios visiten juntos las ruinas de Uxmal, una de las ciudades mayas más famosas, y la jornada concluirá con una cena en la Hacienda Xcanatún.
 
La estancia del presidente estadounidense en México, la última etapa de una gira que también lo llevó por Brasil, Uruguay, Colombia y Guatemala, concluirá este miércoles con una rueda de prensa con Calderón, tras lo cual partirá de regreso a Washington.

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