L D (EFE) Mukasey, de 66 años, asume su nuevo cargo en un momento delicado para el que Departamento de Justicia, después de las acusaciones vertidas (ya aún no probadas) contra su predecesor, Alberto Gonzales, que incluyeron, entre otros asuntos, las escuchas telefónicas a ciudadanos sin el debido permiso judicial y el despido de ocho fiscales federales en 2006. El ex juez federal es ante todo un candidato de consenso que muy posiblemente pase con holgura la votación parlamentaria.
En su declaración pública, realizada desde los jardines de la Casa Blanca, Bush aseguró que Mukasey, que aún debe ser confirmado en el cargo por el Senado, "tiene experiencia en casos de terrorismo" y "tiene una visión clara de las amenazas a las que se enfrenta nuestra nación".
A su vez, indicó que su candidato a ser secretario de Justicia "sabe lo que cuesta luchar de forma efectiva (contra el terrorismo)", en referencia a la experiencia del ex juez como experto en estas cuestiones durante más de una década en el Tribunal de distrito sur de Nueva York.
Mukasey es el secretario de Justicia número 81 de la Historia de EEUU y el tercero de la administración Bush.
El nuevo fiscal general de EEUU tendrá la difícil tarea de calmar las aguas después de la ruidosa salida de Gonzales, blanco de las críticas más duras por parte del Partido Demócrata, que se vio obligado a renunciar a su cargo el pasado 27 de agosto.
El nuevo fiscal general del Estado fue juez jefe del Distrito Sur de Nueva York hasta septiembre del 2006.
Hasta su designación como secretario de Justicia trabajó para el bufete de abogados Patterson Belknap Webb & Tyler en Nueva York y fue asesor legal del precandidato republicano a la Presidencia Rudolph Giuliani, al que conoció antes de ser juez en la Fiscalía de Nueva York.