L D (Agencias) En su primera conferencia de prensa del año, el presidente George Bush afirmó que le gustaría que el Consejo de Seguridad de la ONU elaborara una nueva resolución sobre Irak que animara a más países a participar con tropas en el "esfuerzo de estabilización" de ese país árabe.
El presidente estadounidense vinculó al líder radical chií, Muqtada al-Sadr, con los grupos terroristas Hamas y Hezbolá y anunció que de ser necesarias, serán enviadas más tropas a Irak. Bush dijo que Al-Sadr debe desmantelar a sus milicias ilegales y responder a los cargos formulados en su contra. Afirmó que en Irak no hay una guerra civil, ni una insurrección popular, y achacó la violencia de la última semana a elementos del antiguo régimen, militantes islámicos y terroristas extranjeros. "No se trata de una guerra civil. No es una insurrección popular, La mayoría de Irak está en situación estable y la mayoría de los iraquíes, de lejos, rechaza la violencia y se opone a la dictadura", manifestó el presidente estadounidense.
Desde la Casa Blanca, Bush destacó que cada vez hay una mayor implicación de la ONU "en cuestiones relacionadas con el proceso político en Irak", y que eso debe ser una tendencia a mantener para lograr una mayor participación internacional en la posguerra. Agregó que "otras naciones e instituciones internacionales están dando un paso adelante para asumir sus responsabilidades en la construcción de un Irak libre y seguro".
Los representantes de su administración en Irak "están trabajando estrechamente con el enviado especial de la ONU, Lajdar Brahimi, y con los iraquíes para determinar la forma exacta de Gobierno que recibirá la soberanía el treinta de junio", explicó. El enviado especial de Naciones Unidas "está decidiendo la naturaleza de la entidad a la que entregaremos la soberanía", añadió. Además, recordó que se trabaja en estrecha coordinación con el equipo electoral enviado por la ONU, encabezado por Carina Perelly, que desarrolla el programa para poder celebrar elecciones en enero.