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Bush critica las concepciones "ingenuas y peligrosas" de Kerry sobre Irán y Corea del Norte

El segundo debate entre el presidente, George W. Bush, y el senador demócrata John Kerry se saldó con un fuerte intercambio de opiniones sobre Irak, economía y la seguridad nacional. Kerry trató de salvar sus errores sobre las cuestiones internacionales del primer debate, pero no pudo evitar las acusaciones sobre su intervencionismo y sus reiteradas votaciones en el Senado en favor de subir los impuestos. Bush criticó las posturas "ingenuas y peligrosas" de Kerry respecto a Irán y Corea del Norte.

L D (EFE) La primera encuesta, de la cadena ABC, daba como ganador a Kerry por un escaso margen. En esta ocasión, los candidatos debían responder a las preguntas del público, y podían moverse y caminar por el plató, instalado en el pabellón deportivo de la Washington University de San Luis (Misuri). Por otro lado, el sondeo de Gallup para CNN-USA Today ofrece a Kerry el 47 por ciento de los apoyos y a Bush, el 45 por ciento, a pesar de que los consultados dicen que en tres de los principales aspectos de la campaña: terrorismo, Irak y economía, el republicano se maneja con mayor soltura.
 
Un Bush claramente más cómodo que hace una semana, y que evitó los gestos de impaciencia que tanto se le criticaron, aprovechó la primera pregunta para asestar el primer golpe y sentar el tono, cortés pero rotundo, con el que se desarrolló el debate. Kerry "cambia de posición a menudo", aseguró el presidente, quien se preguntó: "¿Cómo se puede dirigir un país cuando cambias constantemente de posición?". El senador demócrata dijo que "el mundo es hoy un lugar más peligroso, gracias a los errores de juicio del presidente". Ambos mantuvieron un intenso intercambio verbal, y aunque las complejas reglas les impedían interpelarse el uno al otro, con frecuencia se miraron a los ojos directamente.

Bush llegó a interrumpir al moderador, Charles Gibson, para protestar por las críticas de su rival al tamaño de la coalición en Irak, con el argumento de que ridiculizaba a países como Polonia o el Reino Unido. Kerry se mantuvo en la línea mostrada en el primer debate, y no logró evitar los errores en cuestiones internacionales cometidos entonces. Además, el demócrata denunció que Bush intentaba "asustar" a los estadounidenses, al adjudicarle éste la etiqueta de liberal (término que equivale a izquierdista en EEUU) que iba a subir los impuestos. Kerry dijo: "No voy a subir los impuestos. Voy a recortarlos". Sin embargo, Bush repuso que Kerry trataba de negar su historial en favor de aumentar los impuestos, afirmando que "puede correr, pero no se puede esconder".

Kerry y Bush también mantuvieron una intensa discusión sobre los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, donde Kerry trató de evitar las acusaciones de la pasada semana, cuando se supo que varios iraníes habían financiado su campaña, y sus errores del primer debate en estas cuestiones. Para contrarrestarlo, Kerry acusó a Bush de no haber actuado mientras los mencionados países desarrollaban esos programas, sobre todo la construcción de armas atómicas por el régimen norcoreano, y prometió "ser duro" con Irán. El presidente se defendió diciendo que ha mantenido la vigilancia sobre Tehrán y Pyongyang, y acusó a Kerry de mantener posturas "ingenuas y peligrosas". El demócrata cayó de esta manera en los mismos errores, obviando las negocaciones y presiones diplomáticas sobre ambos regímenes.

Si la primera parte del debate se centró en política exterior, la segunda estuvo dedicada casi íntegramente a cuestiones nacionales. La economía se llevó la palma, con preguntas sobre la reforma de la sanidad pública o el déficit presupuestario, aunque también hubo espacio para el medio ambiente o la investigación con células madre procedentes de embriones. "Las políticas fiscales del presidente han creado los mayores déficits de la historia estadounidense. Ha añadido más deuda a la deuda del país, en cuatro años, que todos los presidentes desde George Washington hasta Ronald Reagan juntos", dijo el senador. También Bush expresó su preocupación por el déficit, "pero no voy a dejar cortas a nuestras tropas -dijo-, y no voy a subir los impuestos, algo que costaría puestos de trabajo".

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