L D (EFE) El presidente, en una comparecencia de prensa en Camp David (Maryland) junto al rey Abdala de Jordania, ha dicho que "se seguirá trabajando", aunque que más importante que los plazos es "asegurarse de que todos los países que quieren una resolución de la ONU, tengan una que les sirva para justificar su participación". Bush asistirá los próximos días 23 y 24 a la reunión de la Asamblea General de la ONU e instará al resto de naciones a impulsar el esfuerzo para la reconstrucción de Irak, un año después de defender ante ese mismo plenario la necesidad de invadirlo.
En su estancia en Nueva York, se reunirá con los jefes de Estado y de Gobierno de los países del Consejo de Seguridad para analizar la versión revisada de la resolución elaborada por EEUU y cuyo primer borrador encontró la oposición de Francia, Rusia y Alemania. Bush ha dicho que la resolución que eventualmente se acuerde "debe promover una ordenada transición de la soberanía al futuro Gobierno que sea elegido libremente sobre la base de una Constitución". "Así que la Constitución debe escribirse y habrá elecciones libres, y entonces se adquirirá la soberanía, una vez que el pueblo iraquí pueda expresar sus opiniones", añadía el presidente.
Los ministros de Exteriores de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, China, Rusia, Francia y el Reino Unido) no lograron ponerse de acuerdo sobre la resolución durante la reunión celebrada el pasado fin de semana en Ginebra. Francia y Rusia presionaron para que una nueva resolución sobre la reconstrucción y democratización de Irak tenga como prioridad acelerar la entrega de la soberanía a los iraquíes, pero EEUU considera que es demasiado pronto para abandonar el país. Washington quiere además que la nueva resolución autorice el despliegue en Irak de una fuerza multinacional bajo mando militar del Pentáqono, algo que también rechazan rusos, franceses y alemanes, que ocupan actualmente uno de los puestos rotatorios del Congreso.
George Bush también se muestra convencido de que los países europeos contribuirán militar y económicamente en la reconstrucción de Irak, y ha subrayado que, pese a los episodios de violencia, "se hacen progresos". Hasta ahora, Washington ha logrado muy poco respaldo en el esfuerzo por mantener la paz en el país y por hacer llegar los fondos necesarios para conseguir que Irak vuelva a funcionar. El Gobierno estadounidense ha cifrado en entre 50.000 y 70.000 millones de dólares las necesidades presupuestarias para hacer frente a la reconstrucción iraquí hasta el año 2007. La manera en la que se repartirá el esfuerzo para destinar esos fondos será el objetivo fundamental de la Conferencia de países donantes, que debe celebrarse en Madrid a finales de octubre.
En su estancia en Nueva York, se reunirá con los jefes de Estado y de Gobierno de los países del Consejo de Seguridad para analizar la versión revisada de la resolución elaborada por EEUU y cuyo primer borrador encontró la oposición de Francia, Rusia y Alemania. Bush ha dicho que la resolución que eventualmente se acuerde "debe promover una ordenada transición de la soberanía al futuro Gobierno que sea elegido libremente sobre la base de una Constitución". "Así que la Constitución debe escribirse y habrá elecciones libres, y entonces se adquirirá la soberanía, una vez que el pueblo iraquí pueda expresar sus opiniones", añadía el presidente.
Los ministros de Exteriores de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, China, Rusia, Francia y el Reino Unido) no lograron ponerse de acuerdo sobre la resolución durante la reunión celebrada el pasado fin de semana en Ginebra. Francia y Rusia presionaron para que una nueva resolución sobre la reconstrucción y democratización de Irak tenga como prioridad acelerar la entrega de la soberanía a los iraquíes, pero EEUU considera que es demasiado pronto para abandonar el país. Washington quiere además que la nueva resolución autorice el despliegue en Irak de una fuerza multinacional bajo mando militar del Pentáqono, algo que también rechazan rusos, franceses y alemanes, que ocupan actualmente uno de los puestos rotatorios del Congreso.
George Bush también se muestra convencido de que los países europeos contribuirán militar y económicamente en la reconstrucción de Irak, y ha subrayado que, pese a los episodios de violencia, "se hacen progresos". Hasta ahora, Washington ha logrado muy poco respaldo en el esfuerzo por mantener la paz en el país y por hacer llegar los fondos necesarios para conseguir que Irak vuelva a funcionar. El Gobierno estadounidense ha cifrado en entre 50.000 y 70.000 millones de dólares las necesidades presupuestarias para hacer frente a la reconstrucción iraquí hasta el año 2007. La manera en la que se repartirá el esfuerzo para destinar esos fondos será el objetivo fundamental de la Conferencia de países donantes, que debe celebrarse en Madrid a finales de octubre.