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Bush anuncia el envío de seis mil soldados a la frontera con México para tener "el pleno control"

El presidente de EEUU presentó al país su programa de cinco puntos para normalizar la situación de la inmigración ilegal. En un mensaje desde la Casa Blanca, anunció que no habrá una amnistía para los que residen en el país pero podrán regularizar su situación tras el pago de una multa y los impuestos atrasados. Los nuevos ciudadanos, destacó el mandatario, deben asimilarse y "abrazar nuestra identidad común como estadounidenses", que incluye el dominio del idioma inglés. En coordinación con los gobernadores de los estados afectados, Bush anunció el envío de seis mil soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México para tener "el pleno control" de esa zona.

El presidente de EEUU presentó al país su programa de cinco puntos para normalizar la situación de la inmigración ilegal. En un mensaje desde la Casa Blanca, anunció que no habrá una amnistía para los que residen en el país pero podrán regularizar su situación tras el pago de una multa y los impuestos atrasados. Los nuevos ciudadanos, destacó el mandatario, deben asimilarse y "abrazar nuestra identidad común como estadounidenses", que incluye el dominio del idioma inglés. En coordinación con los gobernadores de los estados afectados, Bush anunció el envío de seis mil soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México para tener "el pleno control" de esa zona.
LD (Agencias) En un discurso a la nación transmitido en horario de máxima audiencia por las cadenas de televisión, George Bush, presidente de EEUU, presentó su programa migratorio. Los cinco puntos incluyen el incremento de los efectivos militares fronterizos y la normalización condicionada de inmigrantes, además de un programa de trabajo temporal, el incremento de los controles en los datos de los trabajadores contratados y una exigencia de respeto a los símbolos nacionales como la bandera y el idioma.
 
Para tener "el pleno control" de la zona fronteriza con México, Bush anunció el envío de seis mil miembros de la Guardia Nacional. El despliegue, que se llevará a cabo en coordinación con los gobernadores de los estados afectados, estará vigente hasta el año 2008 cuando se complete el adiestramiento de igual número de agentes de la Patrulla Fronteriza. La misión será la de ayudar a los agentes de fronteras en la gestión de sistemas de vigilancia, el análisis de información de inteligencia, la instalación de barreras, la construcción de carreteras para las patrullas y el adiestramiento. En ningún caso, indicó el presidente, participarán en tareas de detención.
 
Las noticias surgidas en los últimos días sobre este despliegue habían suscitado el temor también a que ese envío se hiciera permanente y la frontera quedara militarizada. El propio presidente mexicano, Vicente Fox, telefoneó a Bush el domingo para pedir garantías sobre ese despliegue. El envío de soldados "no va a militarizar la frontera del sur", aseguró el presidente estadounidense y añadió que "México es nuestro vecino y nuestro amigo. Seguiremos cooperando para mejorar la seguridad a ambos lados de la frontera".
 
Además del aumento de los agentes, el Gobierno anunció que se construirán barreras de alta tecnología en corredores urbanos y se levantarán nuevas carreteras para patrullas, así como se emplearán "cámaras infrarrojas, sensores de movimiento y aparatos aéreos no tripulados para impedir los cruces ilegales".
 
En segundo punto, Bush expuso la necesidad de tener un programa de trabajadores temporales que cree "una vía legal" para los que quieren entrar en EEUU "de manera legítima, por una etapa limitada de tiempo". En tercer lugar, afirmó que "necesitamos que los patrones se responsabilicen de los trabajadores que contratan. Es contrario a la ley contratar a alguien que se encuentre en este país de forma ilegal. Sin embargo, las empresas no pueden verificar la situación legal de sus empleados debido al problema generalizado de la falsificación de documentos. Por lo tanto, una reforma integral de la inmigración debe incluir un mejor sistema para verificar documentos y seleccionar a los trabajadores".
 
En el cuarto paso de su estrategia, Bush insistió en que no defiende "una amnistía" sino una manera de hacer frente a la realidad de los millones de inmigrantes indocumentados que ya tienen "profundas raíces" en EEUU. Esas personas deberán pagar una multa y demostrar su voluntad de convertirse en "buenos ciudadanos" para poder solicitar la ciudadanía, cuya aprobación "no será automática".
 
En quinto lugar, concluyó el presidente Bush, los nuevos ciudadanos deben asimilarse y "abrazar nuestra identidad común como estadounidenses", que incluye el dominio del idioma inglés.

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