LD (EFE) En el tercer discurso en menos de quince días para defender el despliegue de tropas de EEUU en Irak, el presidente George Bush aseguró que la responsabilidad de la violencia en Irak debe atribuirse al legado dejado por el derrocado dictador Sadam Husein y no a la presencia de las tropas estadounidenses.
Bush afirmó que durante su mandato, Sadam Husein utilizó la violencia para extremar las divisiones entre las distintas comunidades y confesiones en Irak y así mantenerse en el poder. Esas tensiones, afirmó el mandatario, persisten actualmente y son las que alimentan la actual violencia entre suníes y chiítas, no la presencia de las tropas estadounidenses.
El presidente dijo que "los enemigos de un Irak libre emplean las mismas tácticas que usaba Sadam, los asesinatos y el terror entre los iraquíes en un intento de fomentar las divisiones entre comunidades". Según el gobernante estadounidense, la inestabilidad en Irak "es el legado de Sadam, un tirano que exacerbó las divisiones étnicas para mantenerse en el poder".