L D (Agencias) En una entrevista concedida al periódico británico The Guardian , el jefe de los inspectores de armas de la ONU, el sueco Hans Blix, ha dejado a un lado la diplomacia a escasos días de dejar su cargo para arremeter contra el Gobierno estadounidense. El aún funcionario de las Naciones Unidas calificó de “bastardos” a “ciertos miembros” de la administración del presidente George Bush a quienes acusa de que "no han parado" de minarle durante los tres años que ha estado al frente del citado departamento de Naciones Unidas.
Blix afirmó que durante todo el ejercicio de su cargo, fue consciente de que tenía "detractores en Washington". El jefe de inspectores de la ONU afirmó: "Son bastardos que esparcen cosas, tanto de izquierdas como de derechas, que lanzaron mensajes malintencionados en los medios de comunicación. Era como si te picase un mosquito por la mañana y el grano se mantuviese hasta la noche, irritante". Además, acusa a Washington de "presionar a sus inspectores para que incluyesen un lenguaje más dañino en sus informes". De hecho, afirmó que él ha sido uno de los objetivos "de menor nivel" de una campaña deliberada de calumnias. Esa estrategia, subraya, "seguro que vino del Pentágono".
The Guardian publica que antes de que el inspector de la ONU volviera a Irak para retomar las inspecciones, tras un paréntesis de cuatro años, "el pasado noviembre los oficiales más veteranos del Departamento estadounidense de Defensa señalaban que el septuagenario era la peor elección para ese puesto". Además, el periódico asegura que Blix fue etiquetado por el Gobierno de Bagdad como un "homosexual que iba a Washington cada dos semanas a recibir instrucciones". Dolido, el aún funcionario cuenta que "los iraquíes empezaron a propagar ese rumor sobre mí" y a contar chistes sobre su mujer.
Según Blix, EEUU ve a la ONU como un poder "extraño" al que querría eliminar: "Hay gente en esa Administración que dice que no le importaría que la ONU se hundiera en el río East (Nueva York), y cosas mucho peores". El jefe de los inspectores lamenta que Irak no fuera desarmado de forma pacífica y sobre si ese país tiene aún armas de destrucción masiva, contesta: "Me mantengo agnóstico".
Blix afirmó que durante todo el ejercicio de su cargo, fue consciente de que tenía "detractores en Washington". El jefe de inspectores de la ONU afirmó: "Son bastardos que esparcen cosas, tanto de izquierdas como de derechas, que lanzaron mensajes malintencionados en los medios de comunicación. Era como si te picase un mosquito por la mañana y el grano se mantuviese hasta la noche, irritante". Además, acusa a Washington de "presionar a sus inspectores para que incluyesen un lenguaje más dañino en sus informes". De hecho, afirmó que él ha sido uno de los objetivos "de menor nivel" de una campaña deliberada de calumnias. Esa estrategia, subraya, "seguro que vino del Pentágono".
The Guardian publica que antes de que el inspector de la ONU volviera a Irak para retomar las inspecciones, tras un paréntesis de cuatro años, "el pasado noviembre los oficiales más veteranos del Departamento estadounidense de Defensa señalaban que el septuagenario era la peor elección para ese puesto". Además, el periódico asegura que Blix fue etiquetado por el Gobierno de Bagdad como un "homosexual que iba a Washington cada dos semanas a recibir instrucciones". Dolido, el aún funcionario cuenta que "los iraquíes empezaron a propagar ese rumor sobre mí" y a contar chistes sobre su mujer.
Según Blix, EEUU ve a la ONU como un poder "extraño" al que querría eliminar: "Hay gente en esa Administración que dice que no le importaría que la ONU se hundiera en el río East (Nueva York), y cosas mucho peores". El jefe de los inspectores lamenta que Irak no fuera desarmado de forma pacífica y sobre si ese país tiene aún armas de destrucción masiva, contesta: "Me mantengo agnóstico".