LD (Agencias) Tras conocerse este jueves el rechazo de los parlamentarios británicos al proyecto de soberanía compartida sobre Gibraltar, un portavoz del Ministerio de Exteriores del Reino Unido ha señalado que “hemos recibido el informe de la Comisión y responderemos con detalle en su momento. Sin embargo, no aceptamos la conclusión de que la soberanía compartida es inaceptable”. En el documento difundido por la Comisión legislativa se afirma que el concepto es “no sólo erróneo por principio, sino imposible de ejecutar”. A su vez, recomienda a Exteriores que “retire la inaceptable propuesta de soberanía compartida”, que está en proceso de negociación entre los dos países, y se concentre en “promover unas relaciones normales y de colaboración entre Gibraltar y España, como debería ser entre países miembros de la Unión Europea y sus territorios dependientes”.
Frente a ello, el portavoz gubernamental recordó que el objetivo del Gobierno del Reino Unido siempre ha sido “lograr un acuerdo que resulte aceptable para la gente de Gibraltar, que ofrezca la perspectiva de un futuro seguro, estable y próspero para los gibraltareños. Como el ministro dejó claro el doce de julio de 2002, el asunto de la soberanía sería sólo una parte del acuerdo”. En esa ocasión, Jack Straw dijo en la Cámara de los Comunes que “el Reino Unido y España deben compartir la soberanía de Gibraltar”, una declaración sin precedentes en trescientos años de disputa. También señaló que el Peñón debe “tener un mayor autogobierno”, que “debe mantener sus tradiciones británicas, sus costumbres y su sistema de vida”, y que su pueblo “debe conservar su derecho a la nacionalidad británica y ganar además el derecho a la nacionalidad española”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores subrayó que el Gobierno mantiene su posición de siempre de que “no habrá ningún acuerdo sin el consentimiento de la población de Gibraltar”. Por su parte, el portavoz de Exteriores del Partido Conservador, Richard Spring, instó al Gobierno a “seguir las recomendaciones” de los diputados. “Straw debe admitir que su política de presionar a la población de Gibraltar para que acepte la soberanía compartida fue no sólo un fracaso, sino una estupidez desde el principio”, afirmó. Según Spring, el Ejecutivo laborista “debe declarar pública y explícitamente el fin de su chapucero acuerdo”.
Frente a ello, el portavoz gubernamental recordó que el objetivo del Gobierno del Reino Unido siempre ha sido “lograr un acuerdo que resulte aceptable para la gente de Gibraltar, que ofrezca la perspectiva de un futuro seguro, estable y próspero para los gibraltareños. Como el ministro dejó claro el doce de julio de 2002, el asunto de la soberanía sería sólo una parte del acuerdo”. En esa ocasión, Jack Straw dijo en la Cámara de los Comunes que “el Reino Unido y España deben compartir la soberanía de Gibraltar”, una declaración sin precedentes en trescientos años de disputa. También señaló que el Peñón debe “tener un mayor autogobierno”, que “debe mantener sus tradiciones británicas, sus costumbres y su sistema de vida”, y que su pueblo “debe conservar su derecho a la nacionalidad británica y ganar además el derecho a la nacionalidad española”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores subrayó que el Gobierno mantiene su posición de siempre de que “no habrá ningún acuerdo sin el consentimiento de la población de Gibraltar”. Por su parte, el portavoz de Exteriores del Partido Conservador, Richard Spring, instó al Gobierno a “seguir las recomendaciones” de los diputados. “Straw debe admitir que su política de presionar a la población de Gibraltar para que acepte la soberanía compartida fue no sólo un fracaso, sino una estupidez desde el principio”, afirmó. Según Spring, el Ejecutivo laborista “debe declarar pública y explícitamente el fin de su chapucero acuerdo”.