LD (EFE) El ministro del Interior del Reino Unido, Charles Clarke, se reunirá con dirigentes del Partido Conservador y Liberal Demócrata para lograr llegar a un consenso para que el Parlamento acepte una iniciativa de ley que permita tipificar como delitos la preparación de actos terroristas y la incitación indirecta a cometerlos.
Con el nuevo delito de "incitación indirecta al terrorismo", el Gobierno se proponer combatir con la ley en la mano a los predicadores que glorifican a los terroristas suicidas. El otro nuevo cargo se refiere a "actividades preparatorias del terrorismo", con él se declararía ilegal el acceso a portales de Internet utilizados por las redes terroristas para recibir, por ejemplo, instrucciones sobre cómo fabricar una bomba.
Un tercer proyecto de ley prohíbe el entrenamiento con fines terroristas y tipifica como delito recibir ese tipo de formación tanto en suelo británico como en el extranjero.
Clarke discutirá asimismo con sus colegas de otros partidos sobre la conveniencia de impedir que grupos terroristas evadan la ley cambiando simplemente de nombre, para lo cual el Gobierno debería poder determinar si se trata de la misma organización con nueva etiqueta. Otras medidas en estudio incluyen la tipificación también como delito de la planificación de un acto terrorista desde un país extranjero y el permitir a la policía que lleve a cabo operaciones de registro también en las vías fluviales del Reino Unido.
Protestas de Islamabad
En tanto, la investigación y los detalles de los atentados del 7-J está provocando fricciones diplomáticas entre el Reino Unido y Pakistán. El último incidente han sido las declaraciones del embajador paquistaní ante las Naciones Unidas, Munir Akram, ha acusado al Reino Unido de intentar rehuir de sus propias responsabilidades en el fenómeno terrorista y señalar con el dedo a otros países.
El diplomático afirmó que Gran Bretaña se ha convertido en "caldo de cultivo de terroristas" en referencia a la ciudadanía británica de los cuatro suicidas musulmanes que el pasado siete de julio causaron una masacre en el metro y un autobús de Londres. Tres de los terroristas eran de origen paquistaní y el cuarto jamaicano, y hasta ese momento no habían llamado la atención de las autoridades, salvo en un caso, que no tuvo, sin embargo, consecuencias.