LD (EFE) El primer ministro británico, Tony Blair, concluyó este miércoles la gira que le ha llevado por EEUU, Japón, Corea del Sur y China con una reunión en Hong Kong con altos funcionarios del Ejecutivo del territorio. El británico tenía previsto quedarse un día más en la zona, pero el avance del tifón Imbudo, que ya ha dejado cinco muertos en Filipinas, le obligó a cambiar sus planes y regresar antes de tiempo al Reino Unido.
Blair se reunió a puerta cerrada con el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Tung Chee-hwa, y los secretarios de Estado, Donald Tsang; Finanzas, Stephen Ip; Comercio, Industria y Tecnología, Henry Tang; y Salud, Bienestar y Alimentación, Yeoh Eng-kiong. Con ellos repasó los problemas afrontados por el territorio durante la epidemia de neumonía atípica, asuntos económicos, y sobre todo la crisis desatada tras el anuncio de un proyecto de ley conocido como “Artículo 23”, que pretende castigar los delitos de traición, subversión, sedición, y robo de secretos de Estado.
Tras la reunión, Blair declaró que “he sacado la impresión de que las autoridades aquí escuchan muchísimo a lo que la gente dice, (...) también hallé en los dirigentes chinos, cuando traté con ellos sobre Hong Kong, que eran muy conscientes de la necesidad de atender la situación con sensibilidad y en concordancia con las garantías que se han dado a los hongkongenses”. Sin embargo, afirmó que el éxito del territorio dependerá del mantenimiento de la fórmula “un país, dos sistemas”, acordada por el Reino Unido y China en el momento de traspasar el territorio. Blair expresó su esperanza en que las reformas permitan en el futuro la elección del jefe del Ejecutivo y de todos los parlamentarios por sufragio universal.
El “Artículo 23” es una nueva normativa con la que Pekín pretende evitar que Hong Kong se convierta en un refugio para la disidencia china. Sin embargo, los demócratas y grupos de derechos humanos hongkongenses ven la ley como un recorte de las libertades fundamentales, y convocaron una manifestación el pasado primero de julio a la que asistió medio millón de personas. La presión popular no ha cedido desde entonces y ha puesto a Tung en una difícil posición, causando la dimisión de dos miembros de su gabinete. El jefe del Ejecutivo hongkongés ya anunció algunos cambios al proyecto de ley, y el miércoles declaró que comenzará un nuevo periodo de consultas en septiembre para consensuar el polémico artículo.
Blair se reunió a puerta cerrada con el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Tung Chee-hwa, y los secretarios de Estado, Donald Tsang; Finanzas, Stephen Ip; Comercio, Industria y Tecnología, Henry Tang; y Salud, Bienestar y Alimentación, Yeoh Eng-kiong. Con ellos repasó los problemas afrontados por el territorio durante la epidemia de neumonía atípica, asuntos económicos, y sobre todo la crisis desatada tras el anuncio de un proyecto de ley conocido como “Artículo 23”, que pretende castigar los delitos de traición, subversión, sedición, y robo de secretos de Estado.
Tras la reunión, Blair declaró que “he sacado la impresión de que las autoridades aquí escuchan muchísimo a lo que la gente dice, (...) también hallé en los dirigentes chinos, cuando traté con ellos sobre Hong Kong, que eran muy conscientes de la necesidad de atender la situación con sensibilidad y en concordancia con las garantías que se han dado a los hongkongenses”. Sin embargo, afirmó que el éxito del territorio dependerá del mantenimiento de la fórmula “un país, dos sistemas”, acordada por el Reino Unido y China en el momento de traspasar el territorio. Blair expresó su esperanza en que las reformas permitan en el futuro la elección del jefe del Ejecutivo y de todos los parlamentarios por sufragio universal.
El “Artículo 23” es una nueva normativa con la que Pekín pretende evitar que Hong Kong se convierta en un refugio para la disidencia china. Sin embargo, los demócratas y grupos de derechos humanos hongkongenses ven la ley como un recorte de las libertades fundamentales, y convocaron una manifestación el pasado primero de julio a la que asistió medio millón de personas. La presión popular no ha cedido desde entonces y ha puesto a Tung en una difícil posición, causando la dimisión de dos miembros de su gabinete. El jefe del Ejecutivo hongkongés ya anunció algunos cambios al proyecto de ley, y el miércoles declaró que comenzará un nuevo periodo de consultas en septiembre para consensuar el polémico artículo.