LD (EFE) En una rueda de prensa, el primer ministro británico, Tony Blair, dio a conocer que realizará un periodo de consultas para lograr las reformas judiciales necesarias que permiten la denegación de entrada al Reino Unido o la deportación de extremistas religiosos que inciten, directa o indirectamente, al terrorismo.
El jefe del Gobierno británico dijo en su conferencia mensual en su residencia de Downing Street, la última antes de sus vacaciones estivales, que ha llegado a un memorando de entendimiento con Jordania para conseguir garantías de que personas deportadas del Reino Unido serán bien tratadas, y afirmó que el Gobierno realiza consultas con otras naciones, entre ellas Argelia y Líbano, para alcanzar acuerdos similares. "Que nadie tenga dudas de que las reglas del juego están cambiando", afirmó.
Según el primer ministro, los servicios de seguridad elaborarán una lista de librerías, páginas web y centros utilizados por los grupos o personas consideradas extremistas. La Policía tendrá libertad de estudiar la posible deportación de los individuos que tengan en ellas una "implicación activa". Además, quiere contar con el apoyo de la comunidad musulmana para que vigile las mezquitas y otros centros de culto religioso.
Blair dejó claro que no se permitirá que la tolerancia y las buenas intenciones del pueblo británico sean aprovechadas por extremistas que quieran vivir en el Reino Unido. Además, resaltó la buena colaboración con los principales partidos de la oposición, conservadores y liberal demócratas, para llevar adelante medidas destinadas a atajar la nueva amenaza terrorista en el territorio británico.