Biografía: Chrétien, el "pequeño tipo de Shawinigan" que llegó a primer ministro
Jean Chrétien, el décimo octavo hijo de un trabajador de un aserradero de Québec, termina 40 años de carrera política con la satisfacción de haber dejado una profunda huella tanto en el Partido Liberal como en el Gobierno canadiense.
L D (EFE) Nacido en la pequeña localidad de Shawinigan el 11 de enero de 1934, antes de cumplir la mayoría de edad ya estaba implicado en el mundo de la política como voluntario en las campañas de candidatos liberales de su provincia natal. Chrétien obtuvo su primer logro político mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Laval y fue nombrado presidente del Club Liberal estudiantil.
Aunque en 1958, poco después de conseguir su licenciatura, regresó a Shawinigan para abrir un bufete, su pasión por la política fue más fuerte que sus deseos profesionales. Con 29 años ganó su primer escaño como diputado federal y cuatro años después se convirtió en ministro. Desde entonces, Chrétien pasó por prácticamente todos los ministerios posibles con los líderes liberales Lester B. Pearson -ideólogo del concepto de "cascos azules"- y Pierre Trudeau.
Chrétien fue ministro de negociaciones constitucionales con Trudeau y desde entonces tiene en su haber la negociación con el Gobierno británico de la "repatriación de la Constitución", un gesto simbólico por el que Canadá dejó de necesitar la protocolaria aprobación de Londres de cada ley canadiense pero que marcó la mayoría de edad del segundo país más extenso del mundo. Su labor le mereció el halago de Trudeau, uno de los personajes más carismáticos de la política canadiense, que le calificó como su mano derecha y se refirió a él como "el que hace que las cosas funcionen". El único descanso que Chrétien se ha permitido desde 1963 se produjo en 1984, cuando rechazaron su candidatura al liderazgo del Partido Liberal. Chrétien renunció a su escaño en 1986 y se dedicó a preparar su último asalto al poder.
Su estrategia dio resultado cuatro años después, en 1990, cuando "el pequeño tipo de Shawinigan" -como el mismo se califica- presentó de nuevo su candidatura al liderazgo de los liberales y ganó por un amplio margen con respecto a su más cercano rival, Paul Martin. En 1993, los liberales, con Chrétien al frente, ganaron las elecciones generales y derribaron el gobierno conservador de Brian Mulroney. Desde entonces, Chrétien ha ganado otras dos elecciones generales y, para desesperación de muchos, incluso de su propio partido, ha "amenazado" en alguna ocasión con presentarse a una nueva convocatoria electoral.
La elección de Paul Martin como su sustituto al frente de los liberales pone punto final, a su pesar, a esta amenaza. Pero para Chrétien la votación más importante que ha ganado no han sido las convocatorias a las urnas de 1993, 1997 ó 2000, sino el referéndum independentista que Québec convocó en 1995. Ante la apatía de otros políticos, Chrétien se esforzó hasta el último minuto para evitar que la provincia francófona que lo vio nacer, se separase del resto del país.
El resultado no pudo ser más ajustado. Los federalistas consiguieron el 50,58 por ciento de los votos, los independentistas el 49,42 por ciento. Menos de seis décimas evitaron la que podía haber sido la derrota más dolorosa de su vida. Desde entonces, Chrétien ha trabajado para asegurarse que ese momento no vuelva a repetirse y en el 2000 logró la aprobación de la llamada "ley de la claridad" en la que establece las reglas para que Québec pueda convocar un nuevo referendo y, más importante, los requisitos para que Ottawa acepte los resultados.
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