L D (Agencias) Silvio Berlusconi se ha reunido con Carlo Aceglio Ciampi, presidente de la República italiana, en el palacio de Quirinal, para buscar una salida a la crisis abierta en el Gobierno italiano tras la salida, el pasado viernes, de los democristianos de la UDC del Ejecutivo. Berlusconi ha trasladado a Ciampi su intención de formar un nuevo Gobierno en el que sigan representados todos los partidos que hasta ahora formaban el Gabinete, incluida la UDC. En este sentido Berlusconi podría barajar nombrar vice primer ministro al líder democristiano Marco Follini.
Poco antes, sus socios de la Liga Norte habían hecho saber, a través de su ministro Roberto Calderoli, que aún no hay ningún acuerdo para que Berlusconi dimita y, a continuación, forme un nuevo Gobierno.
Las otras dos formaciones aliadas de Berlusconi, Alianza Nacional (AN) y la democristiana UDC, señalaban poco antes que el primer ministro se disponía a abrir la crisis y a formar su segundo Gabinete para agotar la legislatura. Tras una reunión de todos los líderes de la alianza gubernamental con Berlusconi, el presidente de AN y ministro de Exteriores, Gianfranco Fini, se ha mostrado convencido de que el jefe del Ejecutivo dimitirá este lunes para formar un nuevo Gobierno presidido por él mismo. Sin embargo el presidente del Parlamento italiano, Pierferdinando Casini, ha negado que Berlusconi vaya a dimitir.
Esta era la demanda que le hacían sus socios democristianos de la UDC, que el pasado viernes forzaron la situación al decidir retirar a sus tres ministros y al vicepresidente, Marco Follini, del Gabinete. Follini insistió este lunes, tras la reunión con Berlusconi, en la necesidad de declarar formalmente la crisis de Gobierno, aunque reiteró su respaldo a que continúe como jefe del nuevo Ejecutivo. "Afrontamos un grave problema político que requiere forzosamente un recorrido institucional", señala Follini en una carta entregada al primer ministro durante el encuentro, en la que insiste en un cambio bien visible del programa.
Los puntos de convergencia para afrontar el fin de legislatura comprenden mayor atención y ayuda a las familias, las empresas y el sur del país y la puesta en marcha de un plan de competitividad para hacer frente a la depauperada economía nacional. La crisis de Gobierno tiene su origen en la clara derrota electoral sufrida por la mayoría en las pasadas elecciones regionales del tres y cuatro de abril ante la oposición de centroizquierda que lidera Romano Prodi.
Las otras dos formaciones aliadas de Berlusconi, Alianza Nacional (AN) y la democristiana UDC, señalaban poco antes que el primer ministro se disponía a abrir la crisis y a formar su segundo Gabinete para agotar la legislatura. Tras una reunión de todos los líderes de la alianza gubernamental con Berlusconi, el presidente de AN y ministro de Exteriores, Gianfranco Fini, se ha mostrado convencido de que el jefe del Ejecutivo dimitirá este lunes para formar un nuevo Gobierno presidido por él mismo. Sin embargo el presidente del Parlamento italiano, Pierferdinando Casini, ha negado que Berlusconi vaya a dimitir.
Esta era la demanda que le hacían sus socios democristianos de la UDC, que el pasado viernes forzaron la situación al decidir retirar a sus tres ministros y al vicepresidente, Marco Follini, del Gabinete. Follini insistió este lunes, tras la reunión con Berlusconi, en la necesidad de declarar formalmente la crisis de Gobierno, aunque reiteró su respaldo a que continúe como jefe del nuevo Ejecutivo. "Afrontamos un grave problema político que requiere forzosamente un recorrido institucional", señala Follini en una carta entregada al primer ministro durante el encuentro, en la que insiste en un cambio bien visible del programa.
Los puntos de convergencia para afrontar el fin de legislatura comprenden mayor atención y ayuda a las familias, las empresas y el sur del país y la puesta en marcha de un plan de competitividad para hacer frente a la depauperada economía nacional. La crisis de Gobierno tiene su origen en la clara derrota electoral sufrida por la mayoría en las pasadas elecciones regionales del tres y cuatro de abril ante la oposición de centroizquierda que lidera Romano Prodi.