LD (EFE) En un discurso de sólo veintisiete minutos ante la Cámara de Diputados para pedir un voto de confianza, el nuevo presidente de Italia, Silvio tendió la mano a la oposición de centro izquierda y se mostró a favor de trabajar de manera conjunta para las reformas institucionales, entre ellas reforzar el poder del Ejecutivo, disminuir el número de parlamentarios, reformar la ley electoral y el federalismo.
Berlusconi dijo que "este país necesita optimismo. Italia no tiene tiempo que perder. No hemos prometido milagros, pero haremos pequeña y grandes cosas". Confirmó que su primer consejo de ministros, una vez logrado el voto de confianza, será en Nápoles y aseguró que la crisis de las miles de toneladas de basura acumuladas en sus calles y en pueblos de la región de Campania "tiene que acabar y acabará".
El líder de la coalición formada por Pueblo de la Libertad (su grupo)-Liga Norte y Movimiento por la Autonomía, vencedora de las elecciones de abril, dijo que la casa es un bien primario y que por ello abolirá definitivamente el impuesto ICI (de bienes inmuebles). También aseguró que bajará los impuestos y que intervendrán para garantizar la "soberanía de la ley sobre el territorio del Estado" y la seguridad a los ciudadanos, "ya que seguridad es sinónimo de libertad".