Berlusconi ha regresado a su residencia romana de Palazzo Grazioli, tras una ausencia de un mes por la agresión sufrida el pasado 13 de diciembre en Milán al término de un mitin y de la que ha convalecido en su casa de Arcore durante las Navidades.
Los médicos aconsejaron a Berlusconi dos semanas de reposo total, después de sufrir la rotura del tabique nasal y la perdida de un diente cuando Massimo Tartaglia, un hombre con problemas mentales, le arrojó a la cara la estatuilla de la Catedral de Milán.
Berlusconi mostró el rostro a los periodistas y a los jóvenes de su partido Pueblo de la Libertad (PDL) y comentó: "¿Habéis visto que tengo poquísimas señales? Desgraciadamente tengo que hacerme el implante de un diente". "Pero habéis visto –añadió–, tengo una pequeña señal solo aquí, una aquí, pero tengo los músculos muy fuertes", dijo a los jóvenes que le desearon un feliz Año Nuevo y enarbolaban las banderas del PDL.
Al ser preguntado por un periodista sobre las palabras del líder del Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, que exige no hacer leyes "ad personam" en materia de justicia, Berlusconi respondió: "No quiero hablar de esto, son leyes 'ad libertatem' y me indigno sólo cuando oigo estas cosas y no quiero indignarme".