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Berlusconi da por descontado en el Parlamento que superará la crisis de la coalición de Gobierno

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dio por descontado este miércoles en el Parlamento que superará la crisis que desde hace semanas atenaza a la coalición de Gobierno y que llegará al final de la legislatura en 2006.

L D (EFE) En un discurso de tono comedido y más dirigido a sus socios que a los parlamentarios, Berlusconi intervino en el Senado para dar cuenta del cese del ministro de Economía Giulio Tremonti, en medio de las disputas abiertas en la alianza conservadora por los últimos reveses electorales. "Los partidos de la Casa de las Libertades gobiernan y gobernarán juntos hasta el final de la legislatura y se presentarán juntos a las próximas elecciones", dijo el jefe del Ejecutivo para tratar de despejar las dudas que se han ido abriendo camino últimamente.
 
Las negociaciones con sus socios siguen sin cerrarse después de dos largas rondas nocturnas de reuniones a ultranza, en las que se han vivido momentos de gran tensión, según el relato de algunos asistentes, que han desgastado mucho la imagen de la coalición. Pese a su optimismo, el propio Berlusconi reconoció las dificultades y concesiones que ha debido y deberá hacer para salvar una situación minada por ultimátum cruzados de los tres partidos que le apoyan: Alianza Nacional, Unión Demócrata Cristiana y Liga Norte. "Sólo el ejercicio de una paciencia en dosis industriales ha consentido mantener las razones de la unidad de la alianza de gobierno", subrayó.
 
En el punto de mira de su discurso en el Senado estuvieron sobre todo sus aliados, a los que adelantó su compromiso con algunas de sus reivindicaciones pendientes. A los democristianos de Marco Follini, el líder más exigente en las negociaciones para salvar la crisis, les hizo saber que está dispuesto a atender, al menos en parte, su demanda de reformar el sistema electoral para dar cabida de nuevo al modelo proporcional.
 
Con agradecimiento se dirigió a la Liga Norte, la más cercana a sus planteamientos durante estas agitadas semanas, para asegurarle que la reforma federal, que constituye su gran bandera política, será una realidad antes de que acabe el mes de septiembre. El guiño hacia Alianza Nacional, el partido del vicepresidente Gianfranco Fini, fue reconocer que ya le entregó, como pedía, la cabeza del ministro de Economía Tremonti, "que se fue –dijo– por problemas de método con un partido de la coalición". Esa alusión al método le sirvió a Berlusconi para intentar salvar el trabajo de fondo del que fue su ministro más poderoso, pese a la difícil situación en la que se encuentra la economía italiana, vigilada de cerca por la Unión Europea y las grandes sociedades internacionales de evaluación de riesgos.
 
La intervención del primer ministro en la Cámara Alta no permitió atisbar cómo y cuándo resolverá ese nudo de la crisis que remite a la sustitución de Tremonti, con cuya cartera se ha quedado él mismo de forma interina. En la última reunión nocturna del pasado lunes se le llegó a proponer el cargo al vicepresidente Fini, quien no aceptó, en buena medida porque ese ministerio "quema" en vista de las medidas que se verá obligado a adoptar para cuadrar los Presupuestos de 2005.

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