Berlusconi, criticado en Italia por revelar que temía un atentado en el Vaticano
Las declaraciones del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, al diario Libero, en las que reconoce que temía un atentado en el Vaticano para Navidad, han levantado una polvareda política en Italia, donde todos los partidos de la oposición han criticado al jefe del Ejecutivo por "alarmista". Desde el Gobierno, un comunicado matiza ahora que Berlusconi no concedió una entrevista al rotativo, aunque sí recibió en su casa al subdirector del diario y estuvo hablando con él.
El anuncio ha creado una gran alarma entre la opinión pública y amenaza con convertirse en una más de la larga serie de polémicas protagonizadas por jefe de Gobierno italiano este año.
El propio alcalde de Roma, Walter Veltroni, ha señalado la inutilidad de "crear un clima de miedo e inseguridad" entre los residentes en la capital y ha criticado el hecho de "revelar informaciones que son reservadas precisamente para no crear alarma". Berlusconi ha sido inmediatamente tachado de "alarmista e irresponsable" por miembros de la oposición, como el jefe del grupo de diputados comunista del PDCI, Marco Rizzo o el líder de los Verdes, Alfonso Pecoraro Scanio, que ha dicho que tras este tropiezo "es mejor que Berlusconi vuelva a su labor de empresario, ya que no se da cuenta de que es el jefe de Gobierno y sigue hablando demasiado".
Por su parte el responsable del comité parlamentario de control de los Servicios Secretos, el ex ministro del Interior Enzo Bianco, señaló hoy su "sorpresa y contrariedad" por las afirmaciones del primer ministro. Bianco indicó que en Italia existe una alarma general frente al terrorismo islámico, pero que en las últimas reuniones con los responsables de seguridad no se habló de "ningún indicio concreto" de un ataque al Vaticano. "En este periodo –dijo– sería mejor utilizar la prudencia y evitar alarmismos en una cuestión tan delicada".
Ante el impacto de sus afirmaciones, Berlusconi ha intentado dar marcha atrás y en un comunicado emitido por Palacio Chigi se declaraba que sus comentarios habían sido sacados de contexto por Libero y que no había existido una entrevista a este diario. La nota dice que los entrecomillados que aparecen en la entrevista han sido manipulados por el subdirector del diario, Renato Farina, al que Berlusconi recibió en su residencia de Arcore (en las cercanías de Milán) con la intención de "intercambiar saludos navideños" y no de hacer declaraciones en exclusiva.
En el pasado y tras otras controvertidas declaraciones –como cuando llamó "perturbados mentales" a los jueces– Berlusconi se había defendido asegurando que se habían malinterpretado lo que simplemente eran "conversaciones informales" con los periodistas. En esta ocasión el director de Libero, Vittorio Feltri, ha salido en defensa de su diario e insistido en la veracidad de todas las afirmaciones publicadas.
Desde las filas de Demócratas de Izquierda (DS), una de las principales formaciones de la oposición, Giuseppe Giulietti ha denunciado esta nueva "comedia de los enredos" y asegurado que el verdadero problema es la "incontinencia" verbal del jefe de Gobierno. Franco Monaco, centrista de La Margarita, fue más lejos al decir que Berlusconi habla como si estuviera en un bar con los amigos y que "sería un espectáculo cómico y grotesco si no se tratara de una realidad humillante y dramática para Italia".
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