LD (EFE) Cuatro meses después de las elecciones legislativas en Bélgica, los partidos liberales y democristianos han llegado a un primer acuerdo parcial para formar Gobierno. Los cuatro partidos flamencos y francófonos que mejores resultados obtuvieron en los comicios -CD&V, CdH, Open VLD y MR- tratan de constituir una coalición "naranja-azul", dominada por los democristianos, que sustituya a la anterior "violeta" que encabezó el liberal Guy Verhofstadt.
Después de un primer fracaso, el "formador" designado por el Rey, el democristiano flamenco Yves Leterme (CD&V), está obteniendo los primeros resultados gracias a un cambio de estrategia en la negociación. El ex presidente de Flandes, muy criticado al sur del país por sus ironías respecto a la capacidad intelectual de los valones (francófonos) y deslices, ha optado por no dar publicidad a la negociación y postergar los temas más delicados.
El pasado lunes los cuatro partidos alcanzaron de madrugada su primer acuerdo de gobierno, relativo a la política de inmigración. Ese primer signo de aproximación ha elevado la esperanza de que democristianos y liberales, "condenados" a gobernar juntos por la manera en la que los electores barajaron las cartas en junio, puedan llegar a formar un nuevo Ejecutivo federal.
Sin embargo, quedan muchos asuntos por resolver en ámbitos como la justicia, el empleo y la sanidad, y ante todo en los llamados temas "comunitarios", es decir, los que atañen a la competencia de las regiones. Es la nueva descentralización del Estado, exigida por los flamencos y rechazada por los francófonos, la que impide de momento que los políticos de uno y otro lado se pongan de acuerdo.