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Aznar propone en Washington una reforma de la OTAN con Israel en su seno y con participación en la seguridad interior

El Presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, presenta en Washington un informe que recoge una propuesta para reformar la OTAN. Aznar declara que " Creo firmemente que nos enfrentamos a un enemigo mortal", el terrorismo islámico, e invita a la Alianza Atlántica a reorientar su objetivo estratégico hacia ese objetivo. Invita a la integración de Japón, Australia e Israel.

José María Aznar presenta en el American Enterprise Institute un informe elaborado por la FAES, en el que han colaborado más de 200 expertos de 12 países y que cuenta con el apoyo técnico del GEES. Aznar reconoce que "a pesar de su hiperactividad, en mi opinión la OTAN atraviesa una crisis muy profunda", que debería salvarse en una reforma que se basa en cinco puntos.
 
El primero es reforzar la el hecho de que constituye un foro de "democracias liberales comprometidas con la defensa colectiva de nuestra libertad y nuestros valores. La OTAN no puede ser una institución aséptica, carente de valor". En segundo lugar, "la OTAN deben reconocer que necesitamos una organización para nuestra defensa colectiva".
 
Implicación en la seguridad interior
 
Otra de las propuestas del informe que presenta el presidente de la FAES es que "debemos ser conscientes de que a día de hoy es imposible trazar una línea divisoria clara entre seguridad internacional y seguridad nacional". Para ello pone el ejemplo de los atentados del 11-M, ya que "Mohamed Atta viajó de Frankfurt a Estados Unidos, pero los autores de las bombas del 11 de marzo en Madrid vivían desde hacía muchos años en España, y los terroristas que actuaron en Londres el pasado mes de julio tenían nacionalidad británica". Esta idea se desarrolla en el informe proponiendo que "que la Alianza Atlántica reúna a su máximo nivel, no solo a los ministros de asuntos exteriores y de defensa, sino también a los ministros de interior de las naciones miembros". Dicha propuesta se construye sobre la idea de que "el terrorismo es un continuo, para el que la seguridad interior y la seguridad exterior no tiene el menor sentido".
 
Una "insurgencia mundial"
 
El cuarto y el quinto puntos se refieren a la naturaleza del enemigo principal de las democracias y las libertades en el mundo, y al proceso de ampliación de la Alianza Atlántica. Según ha declarado Aznar en el discurso frente a la AEI, el terrorismo "es la punta del iceberg del extremismo islamista que despliega una especie de insurgencia mundial". Al respecto considera que "nuestro enemigo es tan feroz que se trata de él o nosotros, de nuestra victoria o de nuestra derrota", e insiste en que "creo firmemente que nos enfrentamos a un enemigo mortal".
 
Uno de los puntos que más polémica están llamados a crear es la admisión en la OTAN de tres nuevos miembros, "Japón, Australia e Israel, así como desarrollar asociaciones estratégicas con otras naciones como Colombia, que luchan en primera línea contra el terrorismo". Si bien la incorporación de Israel no cuenta con un amplio consenso, lo cierto es que la OTAN ha estado desarrollando acuerdos estratégicos desde hace tiempo, y que su inclusión sería más un reconocimiento político de una realidad que un cambio operativo.
 
Dos reformas previsibles
 
Por lo que se refiere al Viejo Continente, Aznar ha declarado que "está claro que los miembros de la OTAN, sobre todo los europeos, deberían invertir más y mejor en defensa, pero solucionar las deficiencias materiales no cerrará de forma automática la crisis que atraviesa la Alianza. Al menos esa es mi opinión".

Hay dos propuestas del informe de la FAES que según fuentes de la fundación podrían estar bien vistas por el actual secretario general de la OTAN. Una de ellas la expresa el informe diciendo que hay que modificar "los procedimientos con los que ha estado encarando hasta la fecha el desarrolo de las tareas de apoyo a la paz". En concreto, "el principio de quien hace además paga tiene que ser sustituido cuanto antes por todos pagan a quienes hacen".

Otra de las ideas que prevén sea recibida favorablemente por Bruselas, sede de la Alianza Atlántica, consiste en la adopción del procedimiento de la "abstención constructiva", que se utiliza en el seno de la Unión Europea. El objetivo es que las decisiones de la OTAN no se produzcan únicamente por unanimidad de los Estados miembros sino que se puedan aprobar medidas con la abstención de alguno de los países

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