(Libertad Digital) Aznar calificó a Kohl como “una de las personalidades políticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX”; como un auténtico estadista, es decir, un dirigente “con principios sólidos y valores firmes, con la visión necesaria para llevar adelante sus convicciones y sus ideas” y que supo estar “a la altura de las circunstancias” en momentos “cruciales” de la historia. “Ha sabido tomar decisiones adecuadas para hacer avanzar la historia en el camino de la libertad y la democracia”, añadió.
El anterior jefe del Ejecutivo sostuvo que el ex canciller Kohl “hizo grandes cosas por su país y por Europa”. “Pero la razón por la que está con nosotros no es sólo por su sobresaliente acción de gobierno; hoy está aquí por haber liderado un proceso gracias al cual, hoy, Europa está por fin unida en torno a las ideas de libertad y democracia”, agregó.
“Para Helmut Kohl –prosiguió Aznar–, un magnífico conocedor de la historia, la idea de Alemania era inseparable de la idea de Europa, y por eso ha sido siempre un gran europeísta, uno de los mejores. Y no olvidemos que, para él, ser europeísta y atlantista es la misma cosa. A Helmut Kohl no le bastaba, como a Konrad Adenauer, una Alemania unificada; su objetivo era una Alemania unida y libre, y ese objetivo sólo era posible con una Europa atlántica, aliada con firmeza y lealtad con los Estados Unidos en defensa de la libertad”.
"Muchos otros no hubiesen sido capaces"
Aznar ensalzó la manera en que su invitado afrontó los grandes retos que representaban la lucha contra el imperialismo soviético y la reunificación alemana: “La primera (tarea) era plantar cara al coloso soviético, negarse a seguir cediendo ante él. Helmut Kohl lo hizo: cuando el Pacto de Varsovia desplegó misiles agresivos para amenazar a la Europa libre, él apoyó el despliegue de las defensas necesarias para preservar nuestras democracias. Y lo hizo él, porque muchos otros no hubiesen sido capaces. No se plegó ante un falso dilema de opinión pública, que no estaba a favor de su decisión, pero él sabía que la tenía que tomar, porque era la más importante para mantener la paz y defender la libertad”.
“El Muro de Berlín no cayó por causas naturales –dijo a continuación–. Cayó porque hombres como Helmut Kohl tomaron decisiones difíciles, a veces impopulares, pero imprescindibles”. Posteriormente le tocó bregar con la tarea de “dimensiones colosales” que suponía reunificar un país, Alemania, que no estaba dividida como “castigo”, sino por la “imposición” de una “tiranía comunista controlada por tanques soviéticos”.
“La reunificación de Alemania era una cuestión de justicia histórica –afirmó–, y creo que basta comparar cómo estaban las cosas hace 15 años y cómo están hoy para concluir que fue un gran acierto. Un logro que se debe, más que a nadie, a Helmut Kohl”.
El ex presidente Aznar también tuvo palabras de reconocimiento para Mijail Gorbachov: “Pudo haberse encastillado en la defensa de Yalta y Potsdam, pero tuvo la inteligencia suficiente para darse cuenta de que era inútil e inhumano. Los grandes líderes occidentales de entonces encontraron un buen interlocutor, a quien también debemos mucho”.
"Había el temor de que cambiáramos la unificación alemana por la unión europea"
La conferencia que pronunció Kohl llevaba por título ‘La unificación alemana y la unidad europea’. El ex canciller agradeció a los españoles que respaldaran “sin dudas” la reunificación de su país desde el primer momento, “mucho más que París, Roma y Londres”, que contemplaban con recelo la empresa. En este punto recordó que Margaret Thatcher llegó a decir que prefería una Alemania divida a una unida. “Al menos fue sincera”, añadió, en alusión a los gobernantes que esgrimían argumentos poco claros para defender su rechazo al proyecto, o sus reticencias. “Había el temor de que cambiáramos la unificación alemana por la unión europea”. Asimismo, recordó que no pocos alemanes, especialmente de izquierdas, contemplaron con buenos ojos la persistencia de la división, de la “doble nacionalidad”.
Tras afirmar que fueron sus compatriotas del Este quienes más hicieron por derribar el Muro, Kohl saludó las aportaciones de Bush padre (“su convicción tuvo una importancia trascendetal”), Ronald Reagan (“un hombre de principios claros, fiable [...] el único estadista internacional que me preguntaba siempre qué pensaban los jóvenes de la República Democrática Alemana sobre el futuro de Alemania”), Gorbachov (“jugó un papel primordial [...] prohibió a los tanques y al medio millón de soldados soviéticos salir a las calles [tras la caída del Muro]”), Mitterand (aunque recordó que al principio no estaba precisamente entusiasmado con la reunificación alemana), el Papa; el por entonces máximo líder de la China comunista, Den Xiaoping, el Gobierno húngaro y los pueblos polaco y checoslovaco.
También tuvo palabras de elogio para el ex presidente norteamericano Harry Truman (“el más excelso [gobernante] del siglo pasado”) y para el primer canciller de la República Federal Alemana (RFA), Konrad Adenauer, con quien dijo compartir la idea de que la unificación alemana y la unidad europea son “dos caras de la misma moneda”.
Constitución europea, Turquía y la "muy equivocada" posición de Schroeder en la crisis iraquí
Dedicó unos breves minutos de su intervención –de más de una hora– para pedir el sí a la denominada ‘Constitución europea’, aunque calificó de “error” el que no se haya mencionado a Dios en el preámbulo. “Cabe debatir día y noche si (el Tratado) es legítimo o no, y aunque no creo que esté perfectamente logrado, es un compromiso (...) El que crea que (la UE) se merece algo más que un compromiso va por el mal camino”, manifestó.
Por lo que hace a Turquía, se mostró partidario de “examinar su solicitud (de adhesión) sin prisa” y de que se observe detenidamente si cumple con los requisitos. “No creo que sea capaz de cumplir los criterios de Copenhague (a medio plazo)”, agregó.
El ex canciller manifestó su profundo disgusto por que se esté dando el ingreso de Ankara como cosa hecha, y criticó tanto a quienes dan falsas esperanzas a los turcos como a los políticos que abogan por el sí a sabiendas de que ya no estarán en el poder cuando toque decidir si Turquía debe o no acceder a la Unión. En este punto mencionó explícitamente al presidente francés, Jacques Chirac, que, por otro lado, tiene en este punto en contra a buena parte de su propio partido, la UMP.
Por último, y a petición de Lucía Figar, ex secretaria general de Asuntos Sociales, que se encontraba entre el público, se pronunció acerca de la postura del Gobierno alemán en la crisis de Irak. Para Kohl, el Gabinete Schroeder adoptó una posición “muy equivocada”, y consideró que debía haber hecho lo que él en tiempos de la primera Guerra del Golfo: respaldar a EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU pero no enviar soldados a aquel país.