Y sin mendigar una silla.
No es que los demás no lo merezcan, pero David Petraeus y Samuel Palmisano merecen todo tipo de homenajes. Por cierto, ¿qué pinta ahí Colin Powell, firme seguidor de la secta Obamita?
Quien vale, es correspondido en la historia. Algunos cuando dejen el cargo, no lo va a saludar ni su portera.