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Aznar, dispuesto a modificar el reparto de poder en la UE con fórmulas razonables

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, ha reiterado su voluntad de buscar el compromiso sobre la Constitución europea que fue imposible en el último Consejo, pero ha advertido que no volverá a salir de una reunión del Consejo con el compromiso de que nadie culpara a nadie por el desacuerdo y horas después todo el mundo señalara a España y a Polonia. A juicio de Aznar, "nadie tiene el monopolio de la definición de los intereses europeos".

L D (EFE) En una conferencia de prensa conjunta en Madrid con el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, en su calidad de presidente actual del Consejo Europeo, Aznar subrayó su "deseo" y su "voluntad" de avanzar hacia un acuerdo en la Constitución europea.

Las divergencias sobre el reparto del poder y el sistema de voto en la nueva Europa ampliada a 25 socios bloquearon en diciembre pasado en Bruselas el acuerdo de un texto constitucional común.

Al respecto, Aznar dijo que "nadie puede pedir a otro país europeo que acepte posiciones que perjudican gravemente sus intereses nacionales, porque eso es actuar contra el interés propio". El presidente explicó que "no hay razón de fondo para modificar el sistema establecido en Niza, al contrario, para la estabilidad europea, la seriedad política y las necesidades del futuro de Europa convendría el mantenimiento de ese sistema, que es en virtud del cual se han asociado diez países nuevos a la UE, que serán bienvenidos el 1 de mayo en Dublín".

Aznar insistió en que está dispuesto a "la posición más constructiva posible" y, en ese marco, dijo que "es posible estudiar fórmulas de modificación del sistema actual de Niza", aunque "dentro de los nuevos sistemas, fórmulas en las que se pueda vivir razonablemente". Sin embargo, advirtió de que no saldrá "otra vez de un Consejo Europeo con el acuerdo de que nadie es responsable de nada y luego aparecer señalado con el dedo por parte de algunos, porque yo diré por qué fracasó el Consejo de Bruselas y, si no hay un acuerdo, quiénes son los responsables de que no lo haya".

El actual presidente del Consejo, el primer ministro Bertie Ahern, reconoció que "no es fácil conseguir aunar posiciones sobre una Constitución para Europa, porque abarca tantísimas cosas y áreas y aspectos, pero trabajaremos diligentemente para lograr el éxito". Ahern dijo que ha consultado con todos sus colegas tanto en la Comisión como en los Estados miembros, a los que se sumará la semana próxima Polonia, y agradeció sus sugerencias a Aznar, a quien aseguró públicamente su disposición a realizar el máximo esfuerzo posible por alcanzar un compromiso, "lo que nos dará la coherencia necesaria para poder avanzar".

Respecto a la Conferencia Intergubernamental, Ahern aseguró que "queremos completar esas negociaciones y que los 27 estén encantados", si bien negó que disponga de un plan secreto que presentar a los socios para llegar a un acuerdo. A juicio del primer ministro irlandés, es preferible acudir al Consejo con un orden del día más reducido con el fin de asegurar el éxito, teniendo en cuenta que su agenda es a dos años vista y no sólo para el semestre irlandés.

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