LD (Agencias) Acompañado por el vicepresidente colombiano Francisco Santos, y el ex presidente Andrés Pastrana, José María Aznar advirtió que la razón y la esperanza no están con "quienes quieren rendirse a los terroristas" sino con aquellos que "defienden la vigencia del Estado de derecho".
Tras recibir en Bogotá la presidencia de honor de la "Fundación Víctimas Visibles", Aznar destacó que dar la razón o parte de ella a los terroristas es una "concesión suicida" para las sociedades democráticas y una burla a la justicia. Consideró que sostener esas apreciaciones "no es una muestra de dureza, de intransigencia o de cerrazón" sino que, "al contrario, creo que es una muestra de razón y de esperanza en las personas y en la superioridad moral de la libertad y del Estado de derecho".
Superioridad moral y política
Aznar dijo que "nuestro empeño común (...) no es otro que la defensa de la libertad y el reconocimiento de la contribución que la dignidad y la fortaleza de las víctimas del terrorismo hacen a esa causa". Insistió en que la razón y la esperanza "viven en memoria de las víctimas y desaparecen si triunfan los que con sus acciones buscan la vejación, el olvido o la división de las víctimas".
Afirmó que la razón y la esperanza también están en los que creen en la fortaleza y en la superioridad moral y política de las instituciones, pero "no en quienes buscan fórmulas tan imaginativas, como tramposas, para simular paz allí donde solo habrá rendición e ignominia". Para el ex presidente del Gobierno español, la esperanza y la razón la mantienen "los que creen que la libertad derrotará al terror y que la convivencia democrática y pacífica no tiene que pagar peajes a los enemigos de la libertad y de los derechos de las personas".
Confusión moral e intelectual
El ex presidente dijo que en la continuidad de lucha democrática y firme contra el terrorismo, el resorte moral ha sido el ejemplo de serenidad y de dignidad de las víctimas en España, en Colombia y en los otros países que "sufren esa cruel lacra". Enseguida, recordó que su Gobierno (1996-2004) adoptó "decisiones duras y difíciles frente al chantaje de los terroristas".
Advirtió que lo primero que buscan los terroristas es "crear confusión moral e intelectual" y lo que pretenden es "lograr justificación para el uso de ese terror, pervertir el lenguaje, la moral y el sentido de la política". Estimó que "ese primer paso para que la libertad y la democracia perduren, exige otro, que es la derrota del terrorismo", que debe ser tanto policial y judicial, como moral y política.