
LD (Agencias) Una ola de atentados ha sacudido el norte de Irak dejando al menos 250 muertos y trescientos de heridos. Según fuentes oficiales, cuatro terroristas suicidas hicieron explotar sendos camiones-bomba cargados con combustible.
La zona atacada han sido complejos residenciales de Qatahniya, Al-Yazira y Al-Beag, ubicadas cerca de la ciudad de Mosul, en la provincia de Ninive y cerca de la frontera con Siria. Varios helicópteros estadounidenses están ayudando a trasladar a los heridos a hospitales cercanos.
La mayoría de las víctimas pertenecen a la secta yazidi, miembros de una antigua minoría religiosa preislámica kurda, cuyas raíces se remontan a dos mil años antes de Cristo. La comunidad, que se asienta en los alrededores de Mosul, adora al ángel "Melek Taus", considerado como Demonio por cristianos y musulmanes.
Según han declarado autoridades iraquíes, se trata del atentado más sangriento de los últimos cuatro años. Fuentes sanitarias han explicado que los hospitales de la región se encuentran desbordados y que es seguro que la cifra mortal aumentará en las próximas horas. Las televisiones locales, en tanto, están pidiendo a la población donaciones de sangre para atender a la elevada cantidad de heridos.
Desde Washington, Dana Perino, portavoz de la Casa Blanca condenó los atentados a los que ha calificado de "salvajes" y "contra civiles inocentes". La de este miércoles es una de las jornadas más sangrientas desde el derrocamiento del dictador Sadam Husein, en abril del 2003. Además, el número de muertos es el más elevado alto desde los ataques el pasado mes de noviembre en la barriada chií de Ciudad Sadr, en Bagdad.