El sistema político iraní está basado en una teoría que, según Moshen Emaví, "grandes sectores del reformismo quieren retirar". Su nombre traducido sería algo así como "la tutela del jurisconsulto islámico", y su consecuencia práctica es "la supremacía y la custodia del clero sobre los asuntos políticos".
Este jurista islámico, los famosos ayatolás, son las personas más importante del régimen, antes era Jomeini y ahora Jameneí. Incluso dentro dentro de los partidarios de esta teoría hay sectores más duros: "Los que están más cercanos a Ahmadineyad llegan al punto de postular que los propios principios del Islam pueden alterarse si eso beneficia al líder religioso. Es decir, una orden directa del líder supremo está por encima de las leyes".
En cualquier caso, el control que este personaje ejerce sobre la política es brutal: "En todas las elecciones existe un organismo encargado de filtrar las candidaturas, es el Consejo de Guardianes y sus miembros son designados por el líder supremo". Con ese filtro, está clara la libertad de movimientos que les queda a los candidatos.
La razón de que a pesar de eso haya varios candidatos en cada cita electoral, incluso unos bastante identificados con el reformismo, es que "algunos no podían ser rechazados, ya que eran figuras míticas de la revolución como Karrubí o el propio Musaví".
También el presidente de la república está por debajo del líder supremo y, para que nada pueda escaparse, el poder judicial es asimismo controlado por éste, ya que elije a sus jefes. El único organismo que tiene un cierto margen es el parlamento, "pero todos los diputados deben ser asimismo aprobados por el Consejo de Guardianes", así que podemos hacernos una idea de cómo es ese margen.
Ejército y más
Aparte de esta peculiar organización política está el aparato militar, "cuya cabeza es, como no, el líder supremo". En el Irán actual hay tres fuerzas militares y la primera de ellas es el ejército regular, anterior a la revolución y "que se puede comparar en cuanto a su organización y gestión a cualquiera de cualquier país".
Además está la Guardia Revolucionaria, "que se creo en la guerra con Irak y que opera tanto en el exterior como en el interior". En el ámbito internacional "apoya a fuerzas como Hamas en Gaza o Hezbollá en Líbano", mientras que "dentro del país se ha ido infiltrando en todos los ámbitos, haciéndose con el poder político y económico".
Por último están las milicias basiyíes, un cuerpo de voluntarios controlado por el poder y que "se utiliza mucho para la represión interna".