L D (EFE) La campaña del referendo del 15 de agosto, cuyo inicio ha pospuesto el Consejo Nacional Electoral (CNE) del viernes al sábado, viene precedida por las denuncias de la oposición sobre la chavización de los organismo electorales.
Venezuela vive un ambiente electoral extremadamente polarizado. Tanto el chavismo como la oposición democrática han presentado sondeos de opinión que les proclaman seguros vencedores en la cita electoral, donde se decidirá si queda revocado el mandato presidencial del ex golpista Hugo Chávez. La oposición asegura que cuenta con un apoyo de entre el 54 y 57 por ciento del electorado, mientras los chavistas presumen de tener un respaldo superior al 60 por ciento.
Objetivo de la oposición: pulverizar las cifras que obtuvo Chávez en 2000
La Coordinadora Democrática (CD) ha anunciado la próxima presentación del plan que ha preparado para conformar un hipotético Gobierno de transición. El objetivo de la CD es superar en un 30 por ciento el número de votos requeridos por la Constitución para desalojar a Chávez de la presidencia: 3,75 millones, los que obtuvo el ex golpista en las elecciones de julio de 2000.
El dirigente del partido Primero Justicia, Julio Borges, ha declarado que la oposición debe darse cuenta de que “el reto no es sólo ganar el referendo, sino la gobernabilidad”. Por ello, estima necesario el establecimiento de "un mapa claro del camino antes, durante y después del referendo".
El ex golpista anuncia que se presentará a las presidenciales de 2006
Para defenderse de “las patrullas electorales bolivarianas” creadas por Chávez, la oposición ha anunciado la puesta en marcha de sus propios comandos de campaña, de los que tomarán parte "unos 600.000 ciudadanos", según el antichavista Nelson Lara.
Por su parte, el ex golpista ha afirmado que obtendrá el doble de votos que la oposición democrática, y que se presentará a las elecciones presidenciales de 2006.