L D ( Agencias ) En una entrevista concedida al periódico estadounidense The New York Times, el presidente de Haití Jean-Bertrand Aristide, cree que sólo él puede salvar al país de una guerra civil causada por el intento de derrocarlo.
Entrevistado en el palacio presidencial de Puerto Príncipe, Aristide recordó que "Haití ha tenido 32 golpes de Estado" y cuyo resultado, dijo, "es lo que tenemos ahora: una transición de la miseria a la pobreza". Añadió que "no necesitamos pasar de un golpe de Estado a otro golpe de Estado, sino de un presidente elegido a otro presidente elegido". Por ello, subrayó: "yo dejaré mi puesto el 7 de febrero de 2006. Mi responsabilidad es, precisamente, impedir que haya un baño de sangre, y lo que ahora hacemos es impedirlo".
El presidente de Haití instó a los grupos de oposición a que abandonen sus armas y propuso que se inicie un diálogo político que conduzca a nuevas elecciones parlamentarias lo más pronto posible. "Ha llegado el momento para que pongamos fin a la violencia y para que llevemos a la práctica la propuesta del Caricom para elecciones", añadió, en una referencia al plan presentado por la Comunidad Caribeña para aumentar la confianza entre el Gobierno y sus adversarios.
El "Frente de Resistencia Anti-Aristide", antiguo "Ejército Caníbal", anunció que su nuevo nombre es "Frente de Liberación y Reconstrucción Nacionales" y que está integrado por todas las ciudades "liberadas" o que "serán liberadas". Los responsables del Frente que tras su próximo objetivo - la segunda ciudad del país Cabo Haitiano- se dirigirán a Puerto Príncipe. La "unión de fuerzas", que incluye a la temida milicia derechista, se consolidó con el fin del exilio de dos seguidores de la dictadura militar que derrocó a Aristide en 1991. El fundador de una milicia que mató a miles de haitianos entre 1991 y 1994, Louis Jodel Chamblain, marchó este martes por las calles de la ciudad central de Hinche. El fin de semana pasado, Guy Philippe, ex jefe de la Policía de Cabo Haitiano y acusado de preparar una asonada, se dejó ver por Gonaives. Ambos líderes entraron a Haití desde República Dominicana.
En Mirebalais, al suroeste de Hinche y adonde huyeron los agentes de Policía luego de que los rebeldes atacaran su comisaría, se levantan barricadas en previsión de un ataque por parte de los rebeldes. En el resto de las ciudades tomadas, la situación se complica con la falta de alimentos y agua. Miles de familias han empezado a desplazarse a zonas más seguras.