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Argentina pide "perdón" a medias a Perú

Tras 16 años de desencuentros, Argentina y Perú han vuelto a acercar posiciones. En su visita a Lima, se esperaba una disculpa clara de Cristina Fernández por la venta de armas en 1995 a Ecuador, país con el que Perú mantenía un conflicto armado. Habló de "desagravio" pero no pidió perdón.

Tras 16 años de desencuentros, Argentina y Perú han vuelto a acercar  posiciones. En su visita a Lima, se esperaba una disculpa clara de  Cristina Fernández por la venta de armas en 1995 a Ecuador, país con el  que Perú mantenía un conflicto armado. Habló de "desagravio" pero no  pidió perdón.

La visita oficial de Cristina Fernández de Kirchner despertó la expectación de la opinión pública peruana que esperaba que la presidenta argentina se refiriera al episodio que perjudicó seriamente las relaciones entre Argentina y Perú.

En el año 1995, Perú mantenía un conflicto armado con su vecino del norte por un territorio amazónico que Ecuador reclamaba como propio. El gobierno de Fujimori, que terminaba su primer periodo como presidente y que preparaba el segundo gracias a su autogolpe de estado de 1992, lanzó una enorme campaña para mejorar su popularidad y aprovechó ese conflicto para unir al país, algo a lo que recurren muchos dictadores para lavar su propia imagen y sobre todo para unir al país en momentos críticos. De esto último sabe mucho Argentina, cuyos gobiernos de la junta militar a finales de los años 70 e inicios de los 80 utilizaron el Mundial de fútbol de 1978 y la guerra de las Malvinas en su propio beneficio, aunque este último hecho finalmente provocó la caída definitiva de la dictadura.

El gobierno de Carlos Saúl Menem, que había ganado sus segundas elecciones consecutivas, quedó embarrado por el escándalo del tráfico de armas a Ecuador, pese a que Argentina es uno de los garantes de un tratado de paz suscrito en 1942 por los dos países en conflicto. Este escándalo, que permitió la llegada a tierras ecuatorianas de 10 mil fusiles FAL argentinos y 75 toneladas de municiones, fue descubierto por el diario Clarín y es la base del juicio que se le sigue a Menem, su ex cuñado Emir Yoma y una docena de ex funcionarios de su gobierno.

"Desagravio" pero no "perdón"

Cristina Fernández de Kirchner no evitó hablar sobre este grave incidente entre ambos países. Sin embargo, en el Perú se esperaba una disculpa mucho más directa. Lo que hizo durante su visita la presidenta argentina fue hablar de "desagravio" pero no mencionó la palabra "perdón" en ninguno de sus discursos. No lo hizo en Palacio de Gobierno, ni en el Congreso de la República y tampoco en la Alcaldía de Lima.

La prensa de este martes ha estado muy dividida. Mientras algunos de los diarios creen que con sus palabras Fernández había cumplido con lo que se esperaba, otros opinaron que no había sido suficiente. Es el caso del diario Correo, cuya portada aparece el titular de "No pidió perdón" sobre una foto de la presidenta. En su noticia, señala que "Fernández fue muy cauta en su discurso y sólo utilizó la palabra 'desagravio' en alusión a la cuestionada venta de armamento a Ecuador". Por su parte, para Perú 21, la presidenta "casi pidió perdón".

Durante su discurso al lado del presidente Alan García, la argentina dijo que llegaba a "superar enojosos episodios" y agregó que sentía que la visita "de estos 16 años, es una de desagravio institucional y de reparación histórica; esto es lo que he venido a hacer en nombre de todos los argentinos".

Perú, siempre leal a Argentina

Por su parte, Alan García señaló que el Perú siempre había sido "un amigo leal que jamás dio la espalda" a Argentina, en referencia a la ayuda -tanto de armamento como de pilotos de combate- que prestó durante la guerra de las Malvinas que enfrentó al país sudamericano con el Reino Unido en 1982. El presidente peruano recordó que entonces "pusimos todo lo que estaba a nuestro alcance" y aseguró que la visita de Fernández era "un reencuentro" que ponía "punto final a un enojoso incidente que jamás debió ocurrir".

El canciller peruano José Antonio García Belaunde declaró que las palabras de la presidenta habían sido tomadas como una disculpa que cerraba una "página triste" en la relación entre ambos países. Agregó que "el gesto de ella y sus palabras, que fueron claras y contundentes, nos hace pensar que es una página volteada, triste, pero volteada".

En declaraciones a la cadena RPP, dijo que "sabemos que esto tiene responsables personales, un caso de corrupción, un caso delincuencial con responsabilidades penales personales, no es que se tratara de una estrategia de Estado". A lo que se refería García Belaunde es que el escándalo no había sido ocasionado por una política oficial del gobierno argentino sino orquestado por personas. Lo dijo, como es normal en un responsable de la diplomacia, sin mencionar el nombre de Menem, el supuesto máximo responsable de este triste episodio de tráfico de armas en el continente.

Pese a esto, la opinión pública y la prensa en el Perú sigue dividida. Algunos toman los discursos de los presidentes como una prueba de que las relaciones se han normalizado. Para otros, ese "desagravio" al que se refería la presidenta argentina no es suficiente y que la palabra "perdón" debió ocupar parte de sus discursos en tierras peruanas.

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