L D (EFE) La sirenas sonaron este mediodía en todo Cisjordania y los palestinos han guardado varios minutos de silencio en las calles de aldeas y ciudades.
"Decimos a nuestro pueblo y a los refugiados desde corazón del fuego en Palestina que no tenemos otro país, que no hay lugar para la ocupación en nuestra tierra, no hay lugar para los asentamientos, ni tampoco para el muro de separación", indicaba Arafat desde sus oficinas de la Mukata. "Todo ello- asevera- desaparecerá con nuestra fuerza".
En cuanto al retorno de los refugiados, el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) aseguraba que "es un derecho sagrado protegido por la legitimidad internacional" y nadie puede ignorarlo. Sobre la nakba , afirmó que "el Gobierno de Israel no puede ser perdonado por su política, por su responsabilidad internacional en esta tragedia con los refugiados palestinos".
El 56 aniversario de la nakba coincide con la paralización de los esfuerzos de la comunidad internacional para la creación del Estado palestino independiente. La nakba es la jornada que recuerda la tragedia de los refugiados palestinos en 28 campos de los territorios de Cisjordania y Gaza, en Líbano, Jordania, Siria y otros países árabes, cuyo número se eleva actualmente a unos cuatro millones, según la ONU.
Tras la proclamación del Estado israelí en Palestina en 1948, en virtud al "Plan de Partición (1947) de la ONU, a lo que siguió horas después el comienzo de la primera guerra árabe-israelí, centenares de miles de habitantes árabes del país fueron expulsados por las fuerzas hebreas o abandonaron sus bienes con la esperanza de recuperarlos, lo que no ocurrió. El "derecho del retorno a Palestina", también consagrado por la resolución 194 de la Asamblea General de la ONU (1948), se convirtió en columna vertebral del ideario de la OLP, y una pieza esencial de su lucha por la independencia hasta la fecha.
Todos los gobiernos israelíes han rechazado de plano el derecho de retorno de los palestinos, mientras traen a miles de judíos de todo el mundo, pues creen que significaría la destrucción de su Estado democrático por el peso demográfico de los refugiados.
"Decimos a nuestro pueblo y a los refugiados desde corazón del fuego en Palestina que no tenemos otro país, que no hay lugar para la ocupación en nuestra tierra, no hay lugar para los asentamientos, ni tampoco para el muro de separación", indicaba Arafat desde sus oficinas de la Mukata. "Todo ello- asevera- desaparecerá con nuestra fuerza".
En cuanto al retorno de los refugiados, el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) aseguraba que "es un derecho sagrado protegido por la legitimidad internacional" y nadie puede ignorarlo. Sobre la nakba , afirmó que "el Gobierno de Israel no puede ser perdonado por su política, por su responsabilidad internacional en esta tragedia con los refugiados palestinos".
El 56 aniversario de la nakba coincide con la paralización de los esfuerzos de la comunidad internacional para la creación del Estado palestino independiente. La nakba es la jornada que recuerda la tragedia de los refugiados palestinos en 28 campos de los territorios de Cisjordania y Gaza, en Líbano, Jordania, Siria y otros países árabes, cuyo número se eleva actualmente a unos cuatro millones, según la ONU.
Tras la proclamación del Estado israelí en Palestina en 1948, en virtud al "Plan de Partición (1947) de la ONU, a lo que siguió horas después el comienzo de la primera guerra árabe-israelí, centenares de miles de habitantes árabes del país fueron expulsados por las fuerzas hebreas o abandonaron sus bienes con la esperanza de recuperarlos, lo que no ocurrió. El "derecho del retorno a Palestina", también consagrado por la resolución 194 de la Asamblea General de la ONU (1948), se convirtió en columna vertebral del ideario de la OLP, y una pieza esencial de su lucha por la independencia hasta la fecha.
Todos los gobiernos israelíes han rechazado de plano el derecho de retorno de los palestinos, mientras traen a miles de judíos de todo el mundo, pues creen que significaría la destrucción de su Estado democrático por el peso demográfico de los refugiados.