L D (María Portela) El Ministerio de Asuntos Exteriores, en su nota oficial, manifiesta que “la expulsión de los diplomáticos cubanos persigue el objetivo de provocar una escalada que culmine con el cierre de las Secciones de Intereses en ambos países” tal y como han reclamado ¿grupos terroristas? de la mafia anticubana de Miami.
Es evidente el mal uso y abuso gratuito que este Ministerio hace de los adjetivos calificativos (a conveniencia propia, por supuesto), aunque esto es una tónica habitual y nada nueva la técnica utilizada en todas sus misivas que se repite como las malas digestiones.
Léase lo que dice el diccionario de la palabra Terrorista: Que practica actos de terrorismo. Perteneciente o relativo al terrorismo.
Terrorismo: Dominación por el terror. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
Dominación por el terror... de eso puede hablar largo y tendido el pueblo de Cuba –por desgracia sus conocimientos y experiencias en estas lides son vastos y profundos-, sus presos políticos y de conciencia, sus familias, los que han muerto o han estado a punto de morir bajo la bota del tirano, exiliados repartidos por todo el mundo, etc...
El conflicto bilateral entre Cuba y EE.UU. se ha recrudecido a raíz del masivo encarcelamiento de opositores y las draconianas condenas impuestas a todos ellos, así como de la posterior ejecución de 3 cubanos que secuestraron una lancha para huir de las “bondades y excelencias” del régimen. La cancillería cubana considera que “el gobierno de los EEUU pretende afectar el prestigio de la diplomacia cubana, a la vez que muestra su frustración por las recientes derrotas sufridas en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra”.
A esta consideración habría que añadir un “pequeño detalle” y es que la Comisión de Derechos Humanos está presidida por Libia, país que no se caracteriza precisamente por exaltar y defender dichos derechos; en todo caso y en estos momentos esta comisión no merece ningún tipo de credibilidad ni prestigio. La pertenencia de Cuba es ofensiva e ignominiosa para cualquier ser humano que valore los derechos humanos (los suyos y los ajenos). Esperar que estos países los defiendan y velen por ellos es como pedirle a un tigre que custodie un trozo de carne fresca.
Continúa la nota, “haciendo notar” y añadiendo que grupos de cubanos en el exilio reclaman un endurecimiento del bloqueo y nuevas agresiones contra el pueblo al que no han podido doblegar tras más de cuarenta y cuatro años de –¿pretenderán que nos lo creamos?- “heroica resistencia”. Desde luego que es heroica la resistencia del pueblo cubano, pero esta resistencia no es contra quienes Cuba proclama y acusa, sino contra el propio régimen que gobierna, tortura, reprime, ejecuta y asesina desde hace 44 años.
Como broche final el comunicado proclama que “Cuba sabe que le asiste la razón y que cuenta con la unidad y la decisión de lucha de todo su pueblo. Cuba se tomará el tiempo necesario para responder esta nueva provocación del gobierno de EEUU”. ¿Es realmente Cuba la que habla o es el comandante que se esconde detrás para maquillar sus amenazas con declaraciones de soberanía y unidad?. ¿Qué hará esta vez?, ¿encarcelar, ejecutar tal vez?, ¿pagar a EEUU con la misma moneda?. Tendrá que analizar a cuál de las opciones le saca más rentabilidad social y económica, aun a costa de que la elegida pueda suponer privación de libertad para algunas personas o, en el peor de los casos, la muerte. Se inventará nuevos delitos y nuevos juicios sumarísimos para justificar sus execrables acciones.
Dicen que los últimos coletazos del dragón son los peores, esperemos que en este caso sea una excepción.
Este artículo se reproduce por la gentileza de , donde fue publicado originalmente.
Es evidente el mal uso y abuso gratuito que este Ministerio hace de los adjetivos calificativos (a conveniencia propia, por supuesto), aunque esto es una tónica habitual y nada nueva la técnica utilizada en todas sus misivas que se repite como las malas digestiones.
Léase lo que dice el diccionario de la palabra Terrorista: Que practica actos de terrorismo. Perteneciente o relativo al terrorismo.
Terrorismo: Dominación por el terror. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
Dominación por el terror... de eso puede hablar largo y tendido el pueblo de Cuba –por desgracia sus conocimientos y experiencias en estas lides son vastos y profundos-, sus presos políticos y de conciencia, sus familias, los que han muerto o han estado a punto de morir bajo la bota del tirano, exiliados repartidos por todo el mundo, etc...
El conflicto bilateral entre Cuba y EE.UU. se ha recrudecido a raíz del masivo encarcelamiento de opositores y las draconianas condenas impuestas a todos ellos, así como de la posterior ejecución de 3 cubanos que secuestraron una lancha para huir de las “bondades y excelencias” del régimen. La cancillería cubana considera que “el gobierno de los EEUU pretende afectar el prestigio de la diplomacia cubana, a la vez que muestra su frustración por las recientes derrotas sufridas en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra”.
A esta consideración habría que añadir un “pequeño detalle” y es que la Comisión de Derechos Humanos está presidida por Libia, país que no se caracteriza precisamente por exaltar y defender dichos derechos; en todo caso y en estos momentos esta comisión no merece ningún tipo de credibilidad ni prestigio. La pertenencia de Cuba es ofensiva e ignominiosa para cualquier ser humano que valore los derechos humanos (los suyos y los ajenos). Esperar que estos países los defiendan y velen por ellos es como pedirle a un tigre que custodie un trozo de carne fresca.
Continúa la nota, “haciendo notar” y añadiendo que grupos de cubanos en el exilio reclaman un endurecimiento del bloqueo y nuevas agresiones contra el pueblo al que no han podido doblegar tras más de cuarenta y cuatro años de –¿pretenderán que nos lo creamos?- “heroica resistencia”. Desde luego que es heroica la resistencia del pueblo cubano, pero esta resistencia no es contra quienes Cuba proclama y acusa, sino contra el propio régimen que gobierna, tortura, reprime, ejecuta y asesina desde hace 44 años.
Como broche final el comunicado proclama que “Cuba sabe que le asiste la razón y que cuenta con la unidad y la decisión de lucha de todo su pueblo. Cuba se tomará el tiempo necesario para responder esta nueva provocación del gobierno de EEUU”. ¿Es realmente Cuba la que habla o es el comandante que se esconde detrás para maquillar sus amenazas con declaraciones de soberanía y unidad?. ¿Qué hará esta vez?, ¿encarcelar, ejecutar tal vez?, ¿pagar a EEUU con la misma moneda?. Tendrá que analizar a cuál de las opciones le saca más rentabilidad social y económica, aun a costa de que la elegida pueda suponer privación de libertad para algunas personas o, en el peor de los casos, la muerte. Se inventará nuevos delitos y nuevos juicios sumarísimos para justificar sus execrables acciones.
Dicen que los últimos coletazos del dragón son los peores, esperemos que en este caso sea una excepción.
Este artículo se reproduce por la gentileza de , donde fue publicado originalmente.