L D (EFE) El editor ejecutivo del NYT, Bill Keller, ha escrito en la página web de este periódico que si el Gabinete Da Silva expulsa a un periodista por escribir un artículo que ofendió al presidente quedaría en entredicho “el compromiso de Brasil en favor de la libertad de expresión y la prensa libre".
Las autoridades brasileñas han retirado el visado al jefe de la oficina de NYT en Río de Janeiro, Larry Rohter, por considerar ofensivo para el "honor del presidente" el artículo que publicó el pasado domingo. El texto llevaba por título "La afición a la bebida del líder brasileño se convierte en un problema nacional", y ha provocado un enorme revuelo en Brasil. Catherine Mathis, encargada de las relaciones públicas del rotativo neoyorquino, ha declarado que la información contenida en “La afición a la bebida...” es “precisa”.
No comparte tal opinión el embajador brasileño en Washington, Roberto Abdenur; en una carta remitida al NYT, y que apareció en la edición del martes del citado rotativo, Abdenur califica el artículo de Rohter como "ofensivo y totalmente infundado". "Se esperaría –añadía la misiva– que cualquier periodista serio indicara fuentes locales de confianza, o la cobertura firme de la prensa local en apoyo de una acusación así, (y) no lo que el propio periodista describe expresamente como especulación, insinuaciones e historias”.
Las autoridades brasileñas han retirado el visado al jefe de la oficina de NYT en Río de Janeiro, Larry Rohter, por considerar ofensivo para el "honor del presidente" el artículo que publicó el pasado domingo. El texto llevaba por título "La afición a la bebida del líder brasileño se convierte en un problema nacional", y ha provocado un enorme revuelo en Brasil. Catherine Mathis, encargada de las relaciones públicas del rotativo neoyorquino, ha declarado que la información contenida en “La afición a la bebida...” es “precisa”.
No comparte tal opinión el embajador brasileño en Washington, Roberto Abdenur; en una carta remitida al NYT, y que apareció en la edición del martes del citado rotativo, Abdenur califica el artículo de Rohter como "ofensivo y totalmente infundado". "Se esperaría –añadía la misiva– que cualquier periodista serio indicara fuentes locales de confianza, o la cobertura firme de la prensa local en apoyo de una acusación así, (y) no lo que el propio periodista describe expresamente como especulación, insinuaciones e historias”.
Para Reporteros Sin Fronteras (RSF), la expulsión de Rother es una medida “indigna de un país democrático” que “amenaza con empeorar su imagen (en alusión a Lula da Silva) más que el contenido mismo del artículo”. “Los asuntos de difamación –agrega la carta que ha remitido RSF al mandatario brasileño– se arreglan ante los tribunales. Este tipo de medidas autoritarias no resuelve nada: expulsando a Rother, Brasil no prueba nada”.
La citada organización internacional cree que la expulsión del periodista del NYT “podría llevar la autocensura a los corresponsales de la prensa extranjera” radicados en Brasil, “que desde ahora saben que se arriesgan a ser expulsados cuando hablen del presidente”.
Por su parte, la Orden de Abogados de Brasil (AOB) ha manifestado, por medio de su presidente, Roberto Buzzato, que “no hay antecedentes” de una medida semejante. “Ni en la época de la dictadura –ha afirmado Buzzato– el Gobierno expulsó a un periodista”.
Entre tanto, el antecesor de Lula en la presidencia del Brasil, Fernando Henrique Cardoso, ha tachado de “superficial” y “exagerado” el artículo de Rother, pero ha considerado la expulsión de éste como “un acto de fuerza” que “hiere realmente el sentimiento democrático”.
Más contundente se mostró Tasso Jereissati, senador socialdemócrata y correligionario de Cardoso. A su juicio, Da Silva se ha comportado como un “dictador de republiqueta de tercera categoría”.