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Alonso admitió en 2006 que las tropas españolas podían ser víctimas de "tácticas terroristas"

El ministro de Defensa ha reconocido que los blindados de nuestras tropas en El Líbano no tenían inhibidores de frecuencia, necesarios para neutralizar la activación de explosivos a distancia. Esta grave situación de inseguridad ocurre pese a que en septiembre de 2006 el propio ministro reconoció durante su intervención en el Congreso con motivo del envío de tropas que la misión el "riesgo de ataques que pudiesen realizar facciones o grupos incontrolados de tácticas de tipo terrorista".

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El ministro de Defensa ha reconocido que los blindados de nuestras tropas en El Líbano no tenían inhibidores de frecuencia, necesarios para neutralizar la activación de explosivos a distancia. Esta grave situación de inseguridad ocurre pese a que en septiembre de 2006 el propio ministro reconoció durante su intervención en el Congreso con motivo del envío de tropas que la misión el "riesgo de ataques que pudiesen realizar facciones o grupos incontrolados de tácticas de tipo terrorista".
(Libertad Digital)  Fue el 7 de septiembre en 2006, cuando el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, acudió al Congreso de los Diputados para solicitar el aval parlamentario al despliegue de tropas en el Líbano y, entonces, ya reconoció que incluía "el riesgo de ataques que pudiesen realizar facciones o grupos incontrolados, el empleo por incontrolados de tácticas de tipo terrorista -por lo que nuestras FAS irán entrenadas y protegidas- así como las municiones no detonadas y los campos de minas".
 
Sin embargo,  este lunes el Alonso compareció en una conferencia de prensa celebrada en la "Base Cervantes" de Marjayún y reveló que el Blindado Medio de Ruedas (BMR) afectado por el atentado carecía del sistema de inhibidor de frecuencia, mecanismo que permite anular la activación de explosivos por radiofrecuencia.
 
Recordó que el 9 de noviembre el Estado Mayor de la Defensa ordenó que todos los blindados desplegados en misiones en el extranjero estuvieran dotados de esos sistemas. Lo que ocurrió es que los noventa inhibidores adquiridos entonces tuvieron como primer destino Afganistán, desequilibrando los niveles de seguridad de las tropas españolas en el extranjero y dejando en una situación más precaria a las del Líbano. 
 
Una realidad muy alejada de la reflejada en los discursos de José Antonio Alonso. En su intervención parlamentaria insistió: "Llevaremos soldados con una óptima preparación y dotados del mejor material del que disponemos para una misión de estas características. Esta es una cuestión que los responsables del gobierno y de las Fuerzas Armadas tienen clara". 
 
Las referencias del ministro Alonso a los peligros de la misión en el sur del Líbano no se limitan al Congreso sino también días antes, el 5 de septiembre de 2006, Rajoy destacó que los soldados en el Líbano iban a "primera línea de fuego" y no a "la paz" como insistía Zapatero. En respuesta, el ministro de Defensa dijo que era "indudable" que suponía "una misión de riesgo".
 
El líder del PP mostró entonces su "sorpresa" tanto por el "entusiasmo" con el que Zapatero pretendía enviar soldados a Líbano "conociendo sus antecedentes" con Irak, como por el "reproche" que había hecho al PP por no manifestar el "mismo entusiasmo". "Quién lo diría", ironizó entonces. Los soldados, dijo, "van a arriesgar su vida y no a pasearse tranquilamente", antes de pedir a Zapatero "que no mienta diciendo que se van a la paz.
 
 

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