LD (Agencias) El Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) informó de que el jefe de ese partido, el ex presidente Jaime Paz Zamora, planteó el lunes pasado al presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, modificar la Carta Magna y convocar una Asamblea Constituyente que incluya demandas de los sectores sociales en protesta. Nueva Fuerza Republicana también había condicionado su participación en la coalición gobernante al llamamiento a una Asamblea Constituyente.
Esa medida significaría la convocatoria de elecciones para escoger nuevos legisladores, cuya función sería redactar una nueva Constitución Política del Estado, pero no representaría la elección de un nuevo presidente de forma inmediata. La figura de la Asamblea Constituyente, que no prevé la Carta Magna en vigor, fue una de las banderas en las elecciones presidenciales de 2002 del Movimiento Al Socialismo (MAS), el principal de la oposición y que dirige el diputado cocalero Evo Morales, uno de los impulsores de las multitudinarias protestas sociales. Sánchez de Lozada, cuya dimisión exigen los sectores en protesta, rechazó en principio la posibilidad de una reforma constitucional, porque -según fuentes gubernamentales- distrae la atención de la resolución de la crisis económica, pero ha aceptado ahora discutir el asunto con sus aliados.
Mientras tanto, el Gobierno reiteró que está dispuesto a negociar "todos los temas" con los sectores en conflicto, con excepción de la demanda para que dimita el mandatario, pero los líderes de las movilizaciones populares reclaman el alejamiento del jefe de Estado antes iniciar cualquier diálogo. La actual administración "está dispuesta a negociar todos los temas, excepto la institucionalidad del país", dijo hoy el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Saavedra, pero Evo Morales y Jaime Solares, líder de la Central Obrera Boliviana (COB), redoblaron la exigencia de renuncia de Sánchez de Lozada.
Esa medida significaría la convocatoria de elecciones para escoger nuevos legisladores, cuya función sería redactar una nueva Constitución Política del Estado, pero no representaría la elección de un nuevo presidente de forma inmediata. La figura de la Asamblea Constituyente, que no prevé la Carta Magna en vigor, fue una de las banderas en las elecciones presidenciales de 2002 del Movimiento Al Socialismo (MAS), el principal de la oposición y que dirige el diputado cocalero Evo Morales, uno de los impulsores de las multitudinarias protestas sociales. Sánchez de Lozada, cuya dimisión exigen los sectores en protesta, rechazó en principio la posibilidad de una reforma constitucional, porque -según fuentes gubernamentales- distrae la atención de la resolución de la crisis económica, pero ha aceptado ahora discutir el asunto con sus aliados.
Mientras tanto, el Gobierno reiteró que está dispuesto a negociar "todos los temas" con los sectores en conflicto, con excepción de la demanda para que dimita el mandatario, pero los líderes de las movilizaciones populares reclaman el alejamiento del jefe de Estado antes iniciar cualquier diálogo. La actual administración "está dispuesta a negociar todos los temas, excepto la institucionalidad del país", dijo hoy el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Saavedra, pero Evo Morales y Jaime Solares, líder de la Central Obrera Boliviana (COB), redoblaron la exigencia de renuncia de Sánchez de Lozada.