L D (Agencias) Varios terroristas se suicidaron el martes en Karbala y en Bagdad, en una cadena de atentados que dejó 271 muertos y centenares de heridos.
Los ataques iban dirigidos contra la comunidad chií, que celebraba peregrinaciones para conmemorar el día de "Ashura", la fiesta más sagrada para esta comunidad.
EEUU ha confirmado el arresto de 15 personas en relación con la cadena de atentados. "Nueve de los sospechosos están en manos de la Policía iraquí, y los otros seis en poder del Ejército norteamericano", dijo en rueda de prensa el general Mark Kimmitt, portavoz militar de Washington en Bagdad. Kimmitt también responsabilizó de la matanza a la red terrorista internacional Al-Qaeda, y en particular al integrista radical Abu Musab Al-Zarqawi, un jordano al que la Casa Blanca considera el "embajador" de Osama ben Laden en Irak.
Sin embargo, la organización terrorista, en un comunicado remitido al diario árabe internacional Al-Quds al-Arabi, que se edita en Londres, se ha apresurado a desmentir su participación en los hechos, aunque admite su presencia en Irak. Al-Qaeda subraya su "inocencia" y añade que sus objetivos en Irak están "bien claros". Según la organización criminal, "atacamos a los cruzados norteamericanos y a sus aliados, así como a la colaboracionista policía iraquí" y al Consejo de Gobierno iraquí, al que denomina "Consejo de Infieles".
EEUU ha confirmado el arresto de 15 personas en relación con la cadena de atentados. "Nueve de los sospechosos están en manos de la Policía iraquí, y los otros seis en poder del Ejército norteamericano", dijo en rueda de prensa el general Mark Kimmitt, portavoz militar de Washington en Bagdad. Kimmitt también responsabilizó de la matanza a la red terrorista internacional Al-Qaeda, y en particular al integrista radical Abu Musab Al-Zarqawi, un jordano al que la Casa Blanca considera el "embajador" de Osama ben Laden en Irak.
Sin embargo, la organización terrorista, en un comunicado remitido al diario árabe internacional Al-Quds al-Arabi, que se edita en Londres, se ha apresurado a desmentir su participación en los hechos, aunque admite su presencia en Irak. Al-Qaeda subraya su "inocencia" y añade que sus objetivos en Irak están "bien claros". Según la organización criminal, "atacamos a los cruzados norteamericanos y a sus aliados, así como a la colaboracionista policía iraquí" y al Consejo de Gobierno iraquí, al que denomina "Consejo de Infieles".