LD (EFE) A su regreso de Moscú, Askar Akáyev, el presidente de Kirguizistán, se reunió en la sede del Gobierno con el jefe de la Comisión Electoral Central, Sulaimán Imanbáyev, y el presidente del Tribunal Supremo, Kurmanbek Osmánov, para hacer frente a las movilizaciones que exigen su renuncia.
El líder kirguís, en el poder desde 1990, reconoció la urgente necesidad de revisar los resultados en ciertos distritos ante la evidencia de que no todos están de acuerdo con el resultado de las dos vueltas electorales (27 de febrero y 13 de marzo).
En una conferencia de prensa anunció que "donde haya dudas o conflictos, es necesario llegar hasta el final, hasta encontrar justicia, y esto es prerrogativa de la Comisión Electoral y de los órganos judiciales". Además, se mostró dispuesto a encontrar a los culpables de las irregularidades electorales y pidió a los responsables que comparezcan ante los electores por televisión para explicar los resultados y por qué se rechazaron las reclamaciones de la oposición.
No obstante, el mandatario reiteró que la votación en la mayoría de distritos electorales transcurrió dentro de los marcos legales y en ningún momento se refirió a la posibilidad de repetir los comicios. A pesar de los llamamientos al diálogo de la oposición y la comunidad internacional, Akáyev no comentó la posibilidad de negociar con los líderes opositores.