LD (Agencias) En su última intervención como presidente de EEUU en la tribuna de la Asamblea General de la ONU, George Bush, se ha referido al plan de su Gobierno presentado ante el Congreso estadounidense para superar la actual crisis económica. Inmediatamente después, centró su discurso en el combate al terrorismo y acusó a los regímenes de Siria e Irán de dar financiamiento. Por ello, pidió a la comunidad internacional reunida en Nueva York que adopte sanciones en su contra, al igual que contra la dictadura comunista de Corea del Norte.
Bush advirtió del peligro que representan para el mundo y para la no proliferación nuclear, los actuales programas atómicos de Teherán y de Pyongyang. Ante esas amenazas, el presidente estadounidense destacó que la ONU y otros organismos multilaterales son "más necesarias y de modo más urgente que nunca, y debemos fortalecerlas". Consideró que esas instituciones multilaterales no se tienen que limitar a aprobar resoluciones contra el terrorismo, sino implicarse más para impedir que los atentados se produzcan.
El fin
En respuesta, el iraní Mahmud Ahmadineyad reafirmó su defensa, frente a las acusaciones de EEUU y de otras potencias europeas, del "inalienable derecho de todas las naciones a producir energía nuclear para fines pacíficos". Aseguró que "ha llegado el momento para que la Agencia Internacional de la Energía Atómica presente a la comunidad internacional un informe claro de su control del desarme de los poderes nucleares y actividades de otras naciones poderosas".
En su intervención sobre la 63ª Asamblea General de la ONU, Ahmadineyad se refirió a sus dos mayores enemigos. De EEUU, lanzó que "el imperio americano está llegando al final de su carrera" y afirmó que los próximos gobernantes estadounidenses "deben limitar su interferencia a sus propias fronteras". Sobre Israel, dijo que está "en la pendiente definitiva hacia su desplome". Afirmó que los "asesinos sionistas" están lanzando mentiras en su contra para manipular a los negociadores europeos y estadounidenses.