Según informa Los Ángeles Times la medida fue anunciada por el ayatolá Hamid Reza, jefe del organismo gubernamental que supervisa las Universidades. Reza declaró que este plan es “necesario” ya que él mismo había constatado que “muchos de los planes de estudio que se enseña a los estudiantes en las carreras de Humanidades no están en consonancia con la cultura Islámica de Irán, por lo que su supervisión es una necesidad”.
La medida, no es solo una de las primeras del gabinete de Ahmadineyad, sino toda una declaración de principios que ratifica la posición radical que el Gobierno iraní pretende implantar. Para ello el presidente se ha rodeado de amigos íntimos y de representantes del islamismo más violento, llegando a nombrar Ministro de Defensa a un terrorista buscado por la Interpol.
Nada debe sobreponerse a los excluyentes principios islámicos, por lo que un Comité especialmente designado, ya se encuentra erradicando todo rastro de influencia occidental o cualquier principio que pueda llegar a cuestionar los preceptos.
Los críticos reformistas han atacado la purga, comparándola con otra sucedida hace 30 años que trataba de imponer en la sociedad iraní los puritanos valores de la línea dura que domina la línea política.
"Algunas personas rechazan el liberalismo, pero su oposición se basa en el fascismo y el totalitarismo" ha dicho el ex presidente y reformista prominente, Mohammad Khatami,. "Atacar aspectos de la experiencia occidental e insistir en condenarla es muy peligroso y está mal visto”
Ahora, los expertos dudan si esta purga ideológica se urdió en respuesta a los disturbios que sucedieron a las elecciones iraníes, o fue planeada antes. Durante la celebración de un juicio el pasado mes contra reformistas políticos, uno de los acusados declaró que los científicos como Juergen Habermas habían corrompido a los intelectuales iraníes.
"No es la primera vez que las ciencias humanas están bajo ataque en Irán", ha dicho Yousef Moalli, un analista y abogado iraní. Las purgas ideológicas ya son habituales en los mandatos de Ahmadinejad, que llevó a cabo otra limpieza de académicos moderados en su primer mandato "En los últimos años, decenas de profesores en ciencias políticas y derecho se vieron obligados a jubilarse anticipadamente, emigrar al extranjero o tomar años sabáticos sin retorno".
Además de reducir los niveles educativos de Irán, purgar los planes de estudio de la literatura occidental y la teoría social podría alienar aún más a la juventud de clase media, normalmente inclinados a estudiar humanidades y radicalizar aún más un segmento de la población previamente apolítico arrastrado a la vida política por las elecciones presidenciales de este año.
Los analistas de Irán también coinciden en describir el movimiento como un intento de Khamenei de mostrar la línea dura que está tratando de hacer algo para frenar los cambios culturales. Estos han puesto de relieve el abismo entre una clase dominante plagada de fundamentalistas islámicos y el anhelo de la libertad iraní de alcanzar libertades al estilo occidental.
La medida, no es solo una de las primeras del gabinete de Ahmadineyad, sino toda una declaración de principios que ratifica la posición radical que el Gobierno iraní pretende implantar. Para ello el presidente se ha rodeado de amigos íntimos y de representantes del islamismo más violento, llegando a nombrar Ministro de Defensa a un terrorista buscado por la Interpol.
Nada debe sobreponerse a los excluyentes principios islámicos, por lo que un Comité especialmente designado, ya se encuentra erradicando todo rastro de influencia occidental o cualquier principio que pueda llegar a cuestionar los preceptos.
Los críticos reformistas han atacado la purga, comparándola con otra sucedida hace 30 años que trataba de imponer en la sociedad iraní los puritanos valores de la línea dura que domina la línea política.
"Algunas personas rechazan el liberalismo, pero su oposición se basa en el fascismo y el totalitarismo" ha dicho el ex presidente y reformista prominente, Mohammad Khatami,. "Atacar aspectos de la experiencia occidental e insistir en condenarla es muy peligroso y está mal visto”
Ahora, los expertos dudan si esta purga ideológica se urdió en respuesta a los disturbios que sucedieron a las elecciones iraníes, o fue planeada antes. Durante la celebración de un juicio el pasado mes contra reformistas políticos, uno de los acusados declaró que los científicos como Juergen Habermas habían corrompido a los intelectuales iraníes.
"No es la primera vez que las ciencias humanas están bajo ataque en Irán", ha dicho Yousef Moalli, un analista y abogado iraní. Las purgas ideológicas ya son habituales en los mandatos de Ahmadinejad, que llevó a cabo otra limpieza de académicos moderados en su primer mandato "En los últimos años, decenas de profesores en ciencias políticas y derecho se vieron obligados a jubilarse anticipadamente, emigrar al extranjero o tomar años sabáticos sin retorno".
Además de reducir los niveles educativos de Irán, purgar los planes de estudio de la literatura occidental y la teoría social podría alienar aún más a la juventud de clase media, normalmente inclinados a estudiar humanidades y radicalizar aún más un segmento de la población previamente apolítico arrastrado a la vida política por las elecciones presidenciales de este año.
Los analistas de Irán también coinciden en describir el movimiento como un intento de Khamenei de mostrar la línea dura que está tratando de hacer algo para frenar los cambios culturales. Estos han puesto de relieve el abismo entre una clase dominante plagada de fundamentalistas islámicos y el anhelo de la libertad iraní de alcanzar libertades al estilo occidental.
Las autoridades también se han mostrado preocupadas por que los campus se conviertan en focos de activismo político y al parecer también se han empezado a eliminar a los estudiantes sospechosos de actividades políticas.