(Libertad Digital) El presidente del Gobierno iraní, Mahmud Ahmadineyad, reiteró que Teherán "no dará marcha atrás" en su programa de enriquecimiento de uranio porque "se trata de un derecho legitimo del pueblo iraní". "El pueblo iraní ha encontrado su camino y seguirá adelante, quieran o no los occidentales". Lo subrayó en el curso de un discurso desafiante (como acostumbra) pronunciado, este miércoles, en la ciudad de Yazd, capital de la provincia iraní que recibe el mismo nombre.
La cabeza ejecutora del régimen de los ayatolás mostró su desprecio hacia la ONU y el Consejo de Seguridad, que estudia aplicarle sanciones económicas con el fin de frenar su escalada nuclear. Y lanzó un mensaje a navegantes dirigido a la comunidad internacional. “Estáis equivocados”-dijo- "si creéis que con resoluciones publicadas por los organismos, que controláis y que habéis inventado vosotros mismos de forma unilateral, podéis impedir al pueblo iraní”. “A los que intentan aislar al pueblo iraní, decimos que vosotros estáis marginados y con el camino que habéis escogido vais a estar aún más marginados", apostilló.
En un tono mesiánico advirtió que Irán "impondrá al final su palabra, con ayuda de Dios, y no renunciará a sus derechos ante la amenaza de los arrogantes"., según informa EFE.
En suma, el mayor interlocutor iraní en la cuestión nuclear, Ali Lariyani, insistió en que Irán aplicará la ley del “ojo por ojo y diente por diente”. Si Irán es atacado, "la respuesta también será militar”
Ali Lariyani aunque, igual que su líder, no cambió los ejes de su discurso sí se mostró molesto por las más que previsibles sanciones económicas interpuestas por la comunidad internacional. Y repitió, con otras palabras, sus amenazas. "Si eligen la vía del diálogo, estaremos dispuestos a dialogar con ellos, pero si quieren utilizar el lenguaje de la fuerza y las presiones, la respuesta de Irán será la resistencia", dijo quien es también secretario del Consejo de Seguridad Nacional iraní.
El ministro de Exteriores, Manoucher Mottaki, se manifestó más conciliador aunque pidió que se "detengan" las conversaciones del grupo de los "5+1" en torno a las inminentes sanciones económicas. Consideró que por medio de las "negociaciones" se conseguirá una "solución íntegra en tres a cuatro semanas". Un discurso más amable en las formas, muy alejado a los que pronuncia Ahmadineyad, aunque, en el fondo, no deja de reclamar el fin de la presión internacional sobre su plan, sin anunciar un desarme.