La delegación estadounidense ante la ONU, al igual que las de otros países occidentales, abandonaron el pleno de la Asamblea General cuando el presidente iraní tomó la palabra. "Hoy anunciamos el compromiso de participar en el proceso de construcción de una paz duradera y la seguridad mundial para todas las naciones basada en la justicia, la espiritualidad y la dignidad humana, al tiempo que defendemos nuestros derechos legítimos", aseguró el mandatario.
Menos combativo que en anteriores intervenciones ante la ONU, Ahmadineyad aseguró que su país, tras "treinta años de afrontar actitudes hostiles", desea crear "un mundo en el que prevalezca la justicia y la compasión". "Para alcanzar esas metas, nuestra nación está preparada a estrechar calurosamente las manos honestas que se nos extiendan", dijo el mandatario, en una aparente referencia a la disposición del presidente de EEUU, Barack Obama, de dialogar con Teherán.
Aseguró que ningún país "puede asegurar que no necesita reformarse y cambiar en el camino hacia la perfección", aunque resaltó que la República Islámica tiene "uno de los Gobiernos más progresistas y democráticos del mundo".
Ahmadineyad hizo una referencia en su discurso a su reciente y polémica reelección, al asegurar que Irán "ha llevado a cabo con éxito una elección gloriosa y completamente democrática que abre un nuevo capítulo". "Me han confiado una vez más por una amplia mayoría esta nueva responsabilidad", afirmó el presidente iraní.
Pese a rebajar el tono de anteriores intervenciones, Ahmadineyad arremetió en varias ocasiones contra EEUU y, particularmente contra Israel, al que de nuevo se refirió como "el régimen sionista". "Ya no es aceptable de que una pequeña minoría domine la política, la economía y la cultura de grandes partes del mundo mediante complicadas redes, y establezca una nueva forma de esclavitud, dañando la reputación de otras naciones, como las europeas y EEUU, para lograr sus ambiciones racistas", señaló.
También acusó al Gobierno israelí de llevar a cabo "un genocidio" contra las poblaciones palestinas en los territorios ocupados, de los que fueron "expulsados" hace 60 años mediante la fuerza y la coerción. "¿Cómo es que los crímenes de los ocupadores contra mujeres y niños indefensos y la destrucción de viviendas, granjas, hospitales, y escuelas, puede recibir el respaldo incondicional de ciertos gobiernos?", se preguntó.
Las palabras del presidente iraní suscitaron una reacción inmediata de Washington. "Es una decepción que el señor Ahmadineyad de nuevo decida hacerse eco de un lenguaje antisemítico, ofensivo, y cargado de odio", dijo el portavoz de la Misión de EEUU ante la ONU, Mark Kornblau.