LD (EFE) Expertos y responsables de los servicios de inteligencia de EEUU lamentan que "ha servido de poco" los cinco años y medio de lucha contra la red Al-Qaeda, que comenzó con el bombardeo y posterior invasión de Afganistán en 2001. Según publica el diario The New York Times en su última edición, "nuevos dirigentes surgieron desde dentro de la organización tras la muerte o captura de los que crearon Al-Qaeda antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001".
De las declaraciones de "funcionarios estadounidenses" relacionados con el espionaje y la lucha antiterrorista, el diario dice que "ha generado sorpresa y decepción en los servicios secretos estadounidenses ante la capacidad del grupo terrorista de reponerse frente a la ofensiva dirigida por EEUU". El rotativo destaca que pese a los daños infligidos a la estructura de Al-Qaeda tras los atentados del 11-S, los "funcionarios estadounidenses del más alto nivel" siguen muy preocupados ante el empeño de la organización terrorista en lanzar atentados por todo el mundo,
La campaña antiterrorista que EEUU y sus aliados libraron en Afganistán después del 11-S no debilitó al "núcleo duro" de la dirección de Al-Qaeda tanto como se creía en un principio, según funcionarios de los servicios secretos estadounidenses. Por tanto, se ven como "urgentes" las actuales operaciones conjuntas de los servicios estadounidenses y paquistaníes en las zonas tribales de Pakistán, ya que al golpear a la infraestructura de la red que se encuentra allí se podrían impedir atentados terroristas que ya están siendo planificados.
Entre las pocas fuentes a las que identifica el diario, el ex jefe de la unidad de seguimiento de Osama ben Laden dentro de la CIA, Michael Scheuer, comentó que "afirmar que Al-Qaeda ha cerrado el 'negocio' simplemente porque no ha atacado (nuevamente) en EEUU sería un mero engaño tranquilizante. Al Qaeda sigue marchando sobre ruedas y con una nueva generación de dirigentes".
Se cree que esta nueva generación se compone de militantes de algo más de treinta años con experiencia en combates en lugares como Chechenia o Afganistán y que suponen un grupo más diverso que la generación anterior, ya que incluyen a paquistaníes y magrebíes.