L D (Agencias) Ahmed, de origen indio, fue acusado de poseer información que podría haber evitado un acto de terrorismo y tendrá que comparecer el próximo lunes ante el tribunal de la City de Westminster, en el centro de Londres. Este es el tercer imputado, todos ellos médicos, en relación con esos atentados después de que el iraquí Bilal Abdulla fuera acusado el 6 de julio de conspirar para causar explosiones y este domingo la policía australiana imputara al indio Muhamed Haneef el cargo de prestar apoyo a una organización terrorista.
La Policía Federal australiana presentó formalmente cargos contra el médico indio Muhammad Haneef, detenido hace once días por su presunta relación con los atentados fallidos en Reino Unido, al que acusa de apoyo a organización terrorista, por haber entregado su tarjeta SIM del teléfono móvil a uno de los detenidos en Reino Unido. Haneef, de 27 años, entregó la tarjeta SIM a Sabeel Ahmed, primo lejano del médico indio, antes de mudarse a Australia. De ser considerado culpable por estos cargos, Haneef hará frente a una pena máxima de 15 años.
De los cinco detenidos restantes, la única mujer, Marwa Asha, de 27 años, ha sido puesta en libertad sin cargos y tres hombres, entre ellos el marido de Esta última, el médico Mohammed Asha, de 26 años, continúan siendo interrogados en la comisaría de máxima seguridad de Paddington Green, en Londres.
El último terroristas, identificado por la prensa británica como Kafeel Ahmed y que podría ser hermano del último acusado, está ingresado, bajo custodia policial, en un hospital escocés debido a las graves quemaduras que sufrió al perpetrar el atentado fallido de Glasgow.
El pasado 29 de junio, dos coches bomba fueron desactivados en pleno centro de Londres, mientras que al día siguiente dos hombres estrellaron un Jeep cargado con botes de gas –componente encontrado también en los vehículos hallados en la capital británica– contra la terminal principal del aeropuerto de Glasgow. La Policía vincula el atentado en Glasgow con los dos coches bomba hallados en Londres, que si hubieran estallado habrían causado numerosos muertos y heridos, según Scotland Yard.
El hecho de que los siete hombres detenidos sean médicos o estudiantes de Medicina y la única mujer arrestada hubiera trabajado como técnico de laboratorio en un hospital del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) ha llevado a los medios de comunicación británicos a hablar del "complot de los médicos".